Por ello, es muy importante articular actividades que apunten a la integridad física y espiritual”, expresó.
Por su parte, Denett remarcó que detrás del uniforme hay un ser humano que “debemos apoyarlo y profesionalizarlo”. “Es necesario que los efectivos y jóvenes que se están preparando para ser policías tengan un acompañamiento, ya que la doctrina social de la iglesia es uno de los pilares fundamentales en los que ideológicamente se asienta nuestra filosofía”, agregó.
En otro orden de cosas, el obispo se refirió a la capacitación del personal policial. “Nuestros policías tienen que ser señores, formarse más para un mejor servicio y que genera mayor confianza en la sociedad”, sostuvo.
Por otro lado, Urbanc destacó el trabajo que viene realizando la capellanía dentro de la Policía. “En octubre realizaremos las tradicionales acampadas, un espacio de reflexión en la vida del policía”, adelantó.
Finalmente, Denett y Urbanc hablaron la posibilidad de reflotar la Policía Infantil, cuya actividad, suspendida hace algunos años, es una buena manera de inculcarles valores, disciplina y solidaridad, por medio del deporte y los juegos recreativos.