Fue así, que luego de la apertura a cargo del Ballet Folclórico Amancay, que realizó una representación en honor a la Virgen de la Candelaria, la calida noche santamariana se encandiló con las voces locales, quienes hicieron conocer sus mensajes reflejando la cultura calchaquí.
Así, uno de los grupos más aplaudidos fue Los del Altillo, quienes motivaron numerosas ovaciones en el público. También dejaron su sello Los Calchas, integrado por Jorge Lagoria y Fernando Cuello, que con un amplio repertorio dejaron en claro porqué son uno de los conjuntos de mayor renombre en tierras santamarianas.
Roció Villagrán, Juan Sánchez y sus Changos, y Antonio Condorí, fueron muy aplaudidos y prepararon el ambiente para la actuación de la salteña Mariana Cayón, que llegó con el sonido del viento norteño mezclado entre sus temas.
La aerofonista interpretó instrumentos de vientos tales como la quena, el sikus y la flauta traversa, haciendo escuchar al público diversas melodías que fueron muy ovacionadas.
Con mucha atención por parte del público, la promisoria artista demostró ser una intérprete de estirpe incaica que hace de su instrumento una prolongación de su cuerpo, transmitiendo en cada nota sentimiento puro que transporta imaginariamente a un abanico de ritmos y colores musicales; como zambas, chacareras, huaynos, carnavalitos, shoros, baion, joropos, tangos, milongas, polcas, cuecas, valses, marchas, brasileros y otros.
Uno de los momentos más fuertes de la noche fue la actuación del Chango Santiagueño, quien interpretó diferentes temas de su autoría, entre ellas un homenaje a Santa María, el cual tuvo que ser repetido a pedido del público.
Este joven pero ascendente artista ha demostrado una vez más porqué es muy querido en las tierras de los Valle Calchaquíes. Con un especútáculo sólido y contundente, el Chango Santiagueño fue uno de los platos fuertes de la noche, cerrando con la interpretación del clásico Entre A Mi Pago Sin Golpear.
Luego, el dúo Los Changos levantó al público a través de las chacareras santiagueñas, de las cuales fueron muy ovacionadas Penas y Alegrias del Amor, Entre a Mi Pago Sin Golpear y Puente Carretero.
Por último, el cierre estuvo a cargo del siempre convocante Facundo Toro, quien demostró, esta vez en Santa María, porque es uno de los jóvenes folkloristas argentinos con mayor seguimiento en esta región del país.
El hijo de Daniel Toro, apeló a un repertorio de temas clásicos, como Dame Una Esperanza, Por Seguirte la Corriente y Pasacalles. Además, presentó en sociedad a un conjunto apadrinado por él, como es Gualicho y que está integrado por voces que conformaron su coro y por uno de sus hermanos Carlos.
