En tanto el calor comenzó a hacerse sentir en el transcurso de la tarde del sábado y motivó que la asistencia al predio se incrementara considerablemente, por la noche la temperatura también se elevó en el escenario mayor a través de las diferentes propuestas folclóricas que subieron al escenario Jorge “Negro” Herrera.
Sin lugar a dudas, uno de los momentos fuertes de la noche fue cuando Silvia Pacheco recibió el reconocimiento a su trayectoria por parte de la Secretaría de Cultura de la provincia, acaparando la primera ovación de la noche.
A través de un sólido y compacto repertorio, Pacheco, que desde 1972 dice presente en forma ininterrumpida en la fiesta mayor de los catamarqueños, abrío con Rubia Moreno y Chacarera de mi Pago, tras lo cual le brindó un sentido homenaje a la legendaria Mercedes Sosa y al recientemente fallecido Raúl Juarez, ambos de una gran amistad con la catamarqueña. Les dedicó Honrar La Vida.
Acompañado por músicos de la talla de Marcelo Maldonado y Popi Arréguez y mostrando su clásica personalidad, la folclorista fue recibiendo muestras de cariño del público con cada una de sus interpretaciones hasta el final, cuando cerró con Entre a mi Hogar y una selección de carnavales.
Otro que dejó su sello sobre el escenario mayor fue Ramón Saad, conocido en el ambiente folclórico como El Chango Santiagueño, que pese a ser oriundo de Santiago del Estero se ha radicado en esta provincia y le ha dedicado su carrera a componer canciones que hablan de las vivencias y cotidianeidad catamarqueña. Es más, su apertura estuvo de la mano de su última creación como es Luna Catamarqueña, tras lo cual presentó los temas A Mis Viejos, Cuando Vuelvas, y Esclavo y Amo, pertenecientes a su última producción discográfica Vuelve Amor.
Presente en cada una de las ediciones del Poncho a partir de 1997, el Chango Santiagueño cerró su actuación con Que Linda La Rioja, tema que fue grabado por Sergio Galleguillo en su CD Febrero.
En la noche del domingo también dijeron presentes diversos números catamarqueños, entre los que sobresalieron la paclinense Florencia Tula, que motivó al público con la polka mejicana Así Son Los Hombres y Galopera; mientras que Juan Ignacio Molina brindó su espectáculo con instrumentos de vientos interpretando temas clásicos como La Telsita, Carnaval de Venecia, y Pampa de Los Guanacos. A ellos, se sumaron Los Duendes de la Música, que demostraron experiencia y sólidez con clásicos del folclore tal como es En Lo de Cacho Villagra y Recueros de Mis Valles.
Entre la delegación de artistas que representaron de Capital se encontraba Raúl Acevedo, quien se consagró ganador del Pre Poncho 2010 y hasta hace poco integraba el conjunto de Los Rieles, optando en esta etapa de su vida un camino en calidad de solista. Y lo demostró con altura a través de dos interpretaciones sólidas como Así Fue y pedímelo Una Chacarera. También se sumo a la noche, el clásico humor del Bomba Contreras, que deleitó con sus ocurrencia a los presentes.
Chaya riojana
Pasada las dos de la madrugada, el público esperaba ansioso una sola presencia, la de Sergio Galleguillo y con el la fiesta chayera riojana. Y fue así nomás, cuando de la mano de un excelente video escenográfico abrió su espectáculo con Niñachay y Que Linda es La Rioja, ambas composiciones integran su más reciente material discográfico llamado Febrero, y que, de manera paulatina, comenzó a enfervorizar al público presente.
No tardó el cantautor riojano en sentir una particular localía, cuando interpretó Belén en los Carnavales y Paisaje de Catamarca ante la ovación del público. Algo pocas veces visto. Todo fue delirio en ese momento. Luego, siguieron temas como Taleñita, El Camión, Niñachay, Recuerdo Cuando Era Chango, Zamba Para Olvidar, Para Los Ojos Más Bellos, entre otros.
Entablando una particular comunión con el público catamarqueño y recibiendo permanente muestras de afecto –un vendedor ambulante le regaló un bonito poncho-, Galleguillo cerró a pura chaya su espectáculo con una selección de su clásico repertorio. Fue el final, pero el público asistente a la tercera luna del Poncho 2010 se fue feliz de y, seguramente, con ganas de regresar nuevamente a la fiesta mayor de los catamarqueños.
