Es que en esos días, un grupo de intelectuales y escritores autoconvocados, impulsados desde Resistencia por el chaqueño Mempo Giardinelli, empezaron a dar forma a manifiestos apartidarios con ideas y propuestas para, precisamente, manifestarse y pensar en conjunto una nueva Argentina, en un año bisagra como el 2002. Funcionaron como colectivo y tuvieron representantes de 23 provincias.
De esa gesta trata la última publicación de Giardinelli, -escritor y periodista, exiliado en México entre 1976 y 1984 y cuya obra literaria se tradujo a unos 25 idiomas-, y con ella, contada a través de sus seis manifiestos, se narra también ese capítulo oscuro del país, y lo hace justamente en un momento en el que la Argentina se debate su futuro político.
Télam: ¿Por qué quisiste recuperar ese fragmento de la historia argentina?
Giardinelli: Quise recordar la tragedia de los años 2001 y 2002 como contribución para que nuestra sociedad no ablandara su memoria en estos difíciles tiempos electorales y de transición. Fue mi interés principal recuperar un fragmento de la historia argentina contemporánea, quizás porque la historia aquí siempre se recorta y es muchas veces sectaria y negadora me pareció que el quijotesco episodio que fue El Manifiesto Argentino jamás iba a ser recordado si no se dejaba al menos un modesto testimonio.
T: La crisis del 2001 significó un quiebre para repensar ciertas estructuras. ¿Desde cuándo venías pensando las ideas plasmadas en lo que más tarde, junto a otros intelectuales, denominaste Manifiesto Argentino? ¿Por qué emergieron en 2002?
G: La crisis de la política en tanto sometimiento a la economía es de vieja data, igual que ciertas debilidades y taras institucionales que se evidenciaron en los primeros 20 años desde la recuperación de la democracia. De ahí los problemas de gobernabilidad, como se suele decir, y el hecho de que todos los gobiernos terminaron traumáticamente, de manera que esas preocupaciones estaban en cualquiera de nosotros.
La brutalidad y profundidad de la crisis, que prácticamente licuó todo, no hicieron más que poner a nuestra sociedad en emergencia. El 'Manifiesto' fue entonces una respuesta, una más, acotada y modesta, que para quienes en aquel momento nos autoconvocamos constituyó un imperativo moral y ético, antes que político o ideológico.
T: El 'Manifiesto Argentino' se propuso pensar más allá del "Que se vayan todos"...
G: No nos propusimos dar soluciones, todos y todas teníamos conciencia de que nuestra misión y aporte eran modestos. Pero si en aquel colectivo había modestia, también había serenidad y algunas ideas comunes que podían ser útiles para ese exacto momento en que nuestro país estaba completamente lastimado, adolorido y desorientado.
T: Algunos de los que firmaron el primer 'Manifiesto Argentino', que llegó a tener miles de decenas de adherentes, fueron Héctor Timerman, Ángelica Gorodischer, Miguel Pereira y Graciela Falbo, ¿qué los unió como colectivo?
G: Lo que nos unió fue una maravillosa pasión nacional y un fuerte espíritu de resistencia, la decisión de cada uno de no bajar los brazos y de pensar y actuar conjuntamente aportando ideas para que no se viniera todo abajo y para que, en efecto, se fueran todos los que habían arruinado el país, pero teniendo al día siguiente al menos el trazo grueso de nuevos rumbos a seguir.
Y hoy creo que acertamos y que más allá del sendero que cada quien eligió recorrer, hicimos un aporte a la democracia presente, sin dudas más sólida que la del cambio de milenio.
T: En ese colectivo se reunieron ciudadanos de las 23 provincias. ¿Qué carácter le imprimió esa perspectiva federal?
G: Fue algo muy sorprendente porque apenas hicimos público el primer 'Manifiesto' -lo que se logró de modos muy precarios porque no teníamos medios, ni prensa, ni existían como ahora redes sociales- nos impresionó la circulación y aceptación que lograba sobre todo en provincias, en la difusión boca a boca.
El 'Manifiesto' circulaba, se extendía y convocaba, y hora a hora recibíamos adhesiones desde los más diversos puntos del país. Eso fue a la vez un estímulo y un compromiso, y por eso nos planteamos hacer, como hicimos, varios encuentros nacionales.
T: A más de 10 años de esos manifiestos, ¿creés que algunas de esas ideas y reclamos encontraron su eco en la realidad política actual?
G: Creo que sí, me parece evidente que muchas ideas están presentes en aspectos de la vida nacional. Por ejemplo, el Manifiesto Argentino preanunció claramente ideas que años después estuvieron y están presentes en la vida nacional: la finalización de las Administradora de Fondos de Jubilaciones y Pensiones privadas (AFJP) y la recuperación de la previsión social a cargo del Estado, la Ley de Medios, la recuperación ferroviaria y las políticas educativa y de viviendas.
Fuente: Télam