Una colección de crustáceos, además de este descubrimiento, pertenece a Rodolfo Corsolini, un estudioso de la paleontología que desde hace 20 años investiga antiguos vestigios marítimos enla cordillera de Neuquén, Río Negro y Chubut.
Con el abundante material recolectado en ese tiempo, Corsolini edificó el Museo de Paleontología "Rosendo Pascual" (nombre que honra al principal paleontólogo argentino, profesor de la Universidad de La Plata), ubicado en la turística Villa LosCoihues, a 15 kilómetros al oeste del centro de Bariloche.