Catamarca
Viernes 26 de Abril de 2024
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Hombres enamorados y perseguidos por amor pueblan los cuentos de Martín Kohan

Hombres enamorados, perseguidos por mujeres u obsesionados con la idea del amor transitan el nuevo libro de Martín Kohan, que bajo el nombre de Cuerpo a tierra reúne diez cuentos impregnados de lo extraño, lo perturbador, lo repulsivo y también lo humorístico.
En las historias reunidas por Eterna Cadencia se cruzan Martín Fierro y Cruz entreverados en una relación amorosa; un camionero que se obsesiona con la idea -para él amenazante- de transportar animales en la noche; un hombre que se ve impelido a cruzar el río a pie ante la bajante para recuperar a la mujer que ama; un hombre decepcionado al descubrir la infidelidad de su ex mujer. Protagonistas masculinos rozados o heridos por amor.

"La temática del amor es algo que regresa o insiste porque lo cierto es que fui escribiendo los cuentos a lo largo del tiempo, y han pasado años entre el primero y el último", confiesa Kohan y cuenta que algunos fueron escritos este año y otros en 2002, 2003 y 2007.

"No es que en un momento me metí con estos cuentos como cuando uno encara una novela, que es un proyecto más unitario y lo tenés todo en mente, o como cuando durante un año o dos estás escribiendo un libro de cuentos, evidentemente esto es algo que vuelve a mí", reitera el escritor que en noviembre publicará un libro de ensayos sobre el amor.

"Nunca dejé de escribir cuentos; yo había dejado de publicar cuentos en libros, de pensar en un libro de cuentos pero no dejé de escribirlos, incluso algunos salieron primero en suplementos culturales de diarios", confiesa a Télam el autor de El país de la guerra, Muero contento, La pérdida de Laura y Segundos afuera, entre otras obras.

En los cuentos aparecen los hombres como protagonistas, perseguidos por una mujer o desengañados del amor, ¿buscaste la contracara de la convención social que indica que es la mujer la que sufre por amor?
Pienso en el uso que solemos dar a la palabra perseguido y el uso que solemos dar cuando alguien se persigue, que es cuando vos solo maquinás, que te dicen "no te persigas más con eso" y me parece que en los cuentos aparecen las dos cosas. Está el hombre abandonado que nadie persigue, ya que se persigue solo, su persecución es seguir enganchado con pensar que hay algo que lo persigue, y el hombre al que alguien persigue.

En cuanto a los hombres enamorados que aparecen en los cuentos, más allá de lo que son los estereotipos culturales de género, hay hombres y mujeres diversos. Barthes, en Fragmentos sobre el discurso amoroso, dice que todo enamorado se feminiza, en el sentido de la convención. Barthes lo dice como el gay que era, en un sentido.

Quiero decir que lo que la convención asigna al hombre y a la mujer -porque fuera de la convención hay mujeres frías como el hielo y hombres que sufren locamente-, el reparto de la reciedumbre masculina y la fragilidad femenina, es un reparto convencional, pero dentro de esa convención, uno podría decir, coincidiendo con Barthes, que todo enamorado se feminiza.

En "El matadero", ese hombre turbado por la presencia de animales que lleva a la muerte, ignora o rechaza a esa mujer que se le ofrece en la ruta, ¿aquí también aparece esa ruptura del estereotipo del camionero que busca sexo de la mujer que se prostituye?
La prostitución me suscita en la literatura un interés particular, lo que puede estar funcionando ahí es lo que decíamos antes respecto del estereotipo: en la ruta el camionero lo que quiere es sexo, pero evidentemente en esta situación, no. Y como resonancia, en su desolación, no quiere nada y no puede nada, por eso la idea de lo que se supone que es lo más tentador en una situación así, como el sexo, tampoco la quiere.

Está expuesto a la vivencia de la corporalidad en bruto: la presencia de los animales lo exponen brutalmente al puro cuerpo, y potenciar o redoblar eso con una relación sexual despojada de afecto es lo que se le hace insoportable.

¿Cómo funciona el cambio de atmósfera entre el día y la noche en este cuento?
Me parecía que salirse de la pesadilla era con un despertar, paradójicamente, un despertar del que no se pudo dormir. Hay algo que pasa en las noches de desvelo y, efectivamente, en las noches todo se hace más terrible. Yo me encontré con situaciones así y mi único consuelo fue decirme: mañana a la mañana nada de esto me va a resultar terrible, porque a la noche todo se vuelve muy fantasmal.

En "El amor", donde aparece un vínculo amoroso entre Cruz y Fierro, ¿por qué elegís esta pareja en un vínculo que transmite una sensación de repulsión?
Hace años escribí una novela que se llamó "Los cautivos", que sería una reescritura de una tradición estereotipada del mundo de la barbarie desde la mirada sarmientina y de (Esteban) Echeverría, en "El Matadero", y cuando escribo sobre ese mundo es como si dejara de escribir sobre los cuerpos sucios, obscenos, excesivos que al mismo tiempo algo de atracción producen, pero efectivamente está escrito para producir una cierta repulsión física.

Traté de hacer una combinación de esto para lograr un efecto cómico y trabajé con ese choque: por un lado son marcadamente masculinos, en lo que se asocia la masculinidad con lo rústico, con la persecución de la ferocidad o del trabajo, y tremendamente femenizados en su condición sentimental, porque hablan con ternura y se enamoran.

En "El error", en esa búsqueda de lo extraño, de ese clima inmerso entre la realidad y lo sobrenatural, ¿cuál fue el disparador?
Me parece que fue la noticia de la bajante del río que efectivamente ocurrió. Algo excepcional desde lo literario, donde algo es imposible y al mismo tiempo sucede, porque todo sucede en el hecho imposible de cruzar caminando el río. Al mismo tiempo subrayé la referencia de que eso alguna vez ocurrió, lo debo haber exagerado quizás porque cuando ocurrió se cruzaba a caballo y no a pie, pero como es literatura uno puede permitirse bajar del caballo.

Creo que el cuento entra por la referencia histórica, la información de los medios, por los discursos informativos, no los fabulosos. Y aparece de nuevo la idea del perseguido, porque solo al protagonista se le ocurre que la bajante del río es una señal para ir a buscar a esa mujer. Se persigue con que la mina lo espera y la bajante le está indicando eso. Funciona por el hecho extraordinario, y algo extremadamente extraordinario no puede no significar algo para el perseguido que cree que todo le es referido.

¿Considerás que el cuento es la estructura más propicia para abordar la temática del amor?
Me parece que la novela puede brindar mejores posibilidades narrativas a lo que el amor tiene de espera, de vacilación, de expectativa, de tortuosidad, de felicidad, lo que tiene de posible y de imposible, lo que tiene de duración y lo que tiene de efímero. En ese sentido, al escribir Bahía Blanca encontré mejores posibilidades de desplegar una versión del drama amoroso tal como yo lo entiendo, pero el amor transcurre también, según creo, bajo un régimen de escenas culminantes, ya sea para la dicha o para la desgracia, momentos o tramos de condensación sentimental. Son los que caben en un cuento.

Fuente: Télam

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