Los vendedores ambulantes de pescado, chivitos faenados y especias de la capital santiagueña y de la ciudad de La Banda se negaron a abandonar sus negocios callejeros.
La refriega incluyó a una mujer encadenada y armada con un cuchillo, dispuesta a resistir hasta las últimas consecuencias en defensa de su lugar de trabajo. (Télam).-