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Sabado 27 de Abril de 2024
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BS. AS. ENTRE BACHATAS Y MERENGUES

Juan Luis Guerra regaló la travesía más alegre e hizo subir la bilirrubina

Del Niágara a Buenos Aires, entre lluvia de café y canciones románticas. El hombre que sabe sobre el costo de la vida y las visas para un sueño, encandiló con un sin fin de éxitos. Hizo bailar a todos con su música, mezcla de burbujas de amor y mensajes sociales. Diego Torres, el gran invitado de la noche.
(DIARIOC, 22/11/2009)Juan Luis Guerra sabía que con su última gira, emprendía una Travesía en todo el mundo y Argentina, que desde hace una década baila al ritmo de su merengue y su bachata, lo esperaba con ansias. Fue este viernes 20 de noviembre que dio cita a una noche inolvidable en GEBA y las razones por las que se lo define así, son muchas.

Primero, porque es dueño de un ritmo único que hace bailar hasta a los que están en el más allá. Hay muchos exponentes de su género, pero pocos logran destacarse en todo el planeta y este dominicano puede sentir el orgullo de ser el máximo artista de la bachata y los ritmos caribeños.

Segundo, porque a pesar de semejante logro, sigue teniendo la humildad que lo caracteriza y es un agradecido de cada logro obtenido a lo largo de su carrera. Devoto de Dios, no deja de nombrarlo en sus melodías y mensajes.

Un video proyectado mostró un avión desde donde bajó el ídolo, que apareció en escena ante ovaciones. La noche porteña se inició a puro ritmo con “La travesía”, “Vale la pena” y “A pedir su mano”. Tres de los más grandes éxitos de este artista que genera que los pies del público se golpeen ininterrumpidamente en el suelo.

Rápidamente, y para no cortar el clímax, siguió “Ojalá que llueva café”, ese genial mensaje de Paz sin Fronteras para que los niños del mundo no pasen hambre. En pantalla grande, se sucedían las imágenes de los artistas que apoyan la causa como Ricky Martín, Paulina Rubio, Juanes, Ricardo Montaner, Carlos Vives, Diego Torres y Alejandro Sanz.

Luego fue el turno de una de las tantas melodías que le compuso a su esposa, con quien lleva casado 25 años, “Cancioncita de amor” y no podía faltar ese clásico que lo hizo tan popular “Burbujas de amor”: “Quisiera ser un pez, para tocar mi nariz en tu pecera y hacer burbujas de amor por donde quiera, pasar la noche en vela, mojado en tí”.

A continuación fue el turno de más hits donde las piernas no dejaron de moverse: “La llave de mi corazón”, “El Niágara en bicicleta” (aquel que narra la falta de atención médica en la región de las cataratas y que provocó que los políticos tomaran conciencia de esa necesidad básica) y “Eres” (su oda a su Señor).

El gran anfitrión de la noche se tenía guardado un invitado de lujo con quien ya había grabado hace años y que subió al escenario cuando comenzaron a sonar las estrofas de “Estrellitas y duendes”. Diego Torres lo acompañó en esa hermosa bachata y en “Abriendo caminos”. El argentino no se guardó las bromas cuando se fundieron en un abrazo y quedó al descubierta su diminuta figura comparada con la del altísimo Juan Luis. “Le tengo prohibido que se pare”, dijo.

Y cuando la fiesta no daba respiro y los aplausos y gritos no paraban, Guerra dio inicio a “La bilirrubina” y GEBA vibró como nunca. Las manos de un lado a otro, una inyección de adrenalina para los cuerpos y almas que se reunieron a ver al dominicano para olvidar las penas y dejar los problemas a un lado durante dos horas, al menos.

La noche adrenalínica siguió con “El farolito”, dando pie inicial al solo de su banda. Unos impresionantes percusionistas que hicieron magia con sus manos mientras la gente los acompañaba con sus palmas. Y no hay que dejar de destacar la labor de quienes están a cargo de las trompetas, trombón, saxo, bajo, guitarras, tambora y la dama del teclado.

Mientras el artista descansaba, sus músicos hicieron su versión de “Thriller” de Michael Jackson. Vestidos de negro, guantes blancos en una de sus manos y haciendo los pasos del videoclip, robaron las risas de la gente que no dudó en regalarles ovaciones. Los tres integrantes del coro (Pantaleón, Zayas y Rizek), por su parte, interpretaron “Mientras más lo pienso tú”, “Ay mujer” y “Me enamoro de ella”.

Al regreso al escenario, Juan Luis Guerra volvió a la carga social, a hacer conciencia con su música y a seguir provocando el baile ininterrumpido con “El costo de la vida” (que como él mismo dijo, parece que fue escrita ayer y sigue estando más que vigente) y “Las avispas”. El romance quedó en manos de “La cosquillita” y la primera despedida fue su “Visa para un sueño”.

En la hora de los bises no podían faltar su dulce “Bachata rosa” y “Si tú no bailas conmigo” (otra para su afortunada esposa). El cierre final fue “Como yo”, anticipando el despegue del avión que ahora se lo lleva otra Travesía por el mundo. Se va con su ritmo, con su religiosidad y con su alegría a otra parte donde disfrutarán de su espectáculo mezcla de sabor, conciencia, solidaridad y sonrisas... donde lloverá café, subirá la bilirrubina, picarán las avispas y crecerá el costo de la vida. Claro que este costo, es sinónimo de adrenalina para los corazones y es un precio que vale la pena pagar.

(Fotos y video: Claudia Seta, editado por Esteban Civilla)
Fuente/ 26noticias.com.ar

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