El comerciante tenía joyas disimuladas las joyas en su cinturón, en los zapatos y en las medias, según pudo comprobar el personal aduanero.
Por eso, además de secuestrarle la mercadería, la AFIP pidió autorización a la Justicia para poder rematar las piezas, asunto que se concretará el próximo jueves.
Para el delito de contrabando, el Código Aduanero argentino prevé una pena de dos a ocho años de prisión, la confiscación de mercadería, una multa de 4 a 20 veces su valor en plaza y otras inhabilitaciones.(Télam)