"La memoria tiene efectos actuales en la política y en la sociedad", afirma el texto fundacional y propone preservar la información recopilada durante los años de vida democrática, para transmitirla a las nuevas generaciones y "construir una sociedad donde no se repitan las desapariciones y la tortura".
El nuevo instituto tendrá su sede en el edificio de la Escuela de Mecánica de la Armada (Libertador 8151, en el barrio de Nuñez), donde funcionaba un centro clandestino de detención, y contará con la participación de integrantes de los organismos de Derechos Humanos. Presentes en el recinto, representantes de estas organizaciones no gubernamentales aplaudieron la intervención del diputado Luis García Conde (ARI), cuando defendió la instalación del nuevo Instituto en un sitio cargado de significación histórica.
"Elegir el espacio físico de la ESMA para la transmisión de la memoria es una forma de hacer conocer a las nuevas generaciones lo que trágicamente sucedió en el país, para que nunca más vuelva a repetirse", opinó el legislador, integrante de la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura porteña.
García Conde, historiador, se refirió a los hechos ocurridos en la década del 70: "Nuestra sociedad fue sacudida por una tragedia y cuando uno sufre una experiencia traumática necesita tiempo para reconstruir lo sucedido. Sólo después de recuperar cierto equilibrio es posible dar un ordenamiento a los hechos, al conjunto de imágenes y sensaciones padecidas. Articular todo en un relato será la misión principal del espacio para la memoria del terrorismo de Estado en la Argentina. Reunir testimonios, romper silencios, aunar los recuerdos y vestigios en la memoria, para que nunca más nuestro país sufra la violencia y el terrorismo de Estado", concluyó.