Catamarca
Viernes 26 de Abril de 2024
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La Semana de la Tradición en San Antonio de Areco tuvo su cierre ante 20 mil personas

Gustavo Espeche Ortiz

Una columna de jinetes y tropillas que parecía interminable bordeó durante más de dos horas la plaza central de San Antonio de Areco, en la última jornada de la Semana de la Tradición, tras lo cual hubo una jineteada en el Parque Criollo.
Los paisanos que desfilaron -más de 1.200, según fuentes de Turismo de Areco- provenían de 42 fortines y organizaciones tradicionalistas de la región pampana, la mayoría de la provincia de Buenos Aires, para festejar el Día de la Tradición.

La fiesta gaucha más importante de Argentina se celebra desde hace 72 años -aún antes de oficializarse el Día de la Tradición- en esta comuna de unos 23.0000 habitantes del norte bonaerense, donde este mes los festejos se extendieron del 3 al 11.

En torno a la plaza Arellano, hombres, mujeres, jóvenes y niños con atuendos típicos del campo argentino pasaban sobre vistosos aballos ornamentados para fiesta, con los cueros y metales de sus arneses trabajados por artesanos y orfebres.

Los gauchos, de bombachas, chalecos, pañuelos, sombreros o boinas, llevaban rastras con monedas a la cintura, apretando la lustrosa vaina del infaltable facón a la altura de la espalda.

Las damas lucían amplios vestidos que cubrían la montura y buena parte del caballo, algunas sentadas hacia un lateral, a la antigua usanza femenina, y otras, más modernas, montadas hacia el frente.

Un atractivo especial fue el paso de las 44 tropillas, que eran grupos de caballos sin ningún tipo de atadura, generalmente de la misma raza o pelaje, guiados por la "yegua madrina" con su cencerro, a la vez dominada por un gaucho tropillero.

El desfile tenía por fondo musica folclórica de la Fanfarria Alto Perú del Regimiento de Granaderos a Caballo, con su atuendo de gala, ubicada calle de por medio frente al palco de las autoridades políticas locales, eclesiásticas, civiles e invitados.

Allí inició el desfile el gaucho abanderado de este año, Oscar "Mosco" Pereyra, y por allí pasó entre los primeros el intendente local, Francisco Durañona, con su atuendo campero, aunque admitió que no es un hombre de campo.

Al son de música tradicional, en especial chamamé -quizás por ser el creador del regimiento el correntino José de San Martín- los animales surgían sin pausa desde una esquina de la plaza, pasaba frente al palco y desaparecía por el extremo opuesto, y como este paseo estaba colmado de público, se dirigían luego a la Plaza Gómez, a unas cuatro cuadras, donde se repetía el espectáculo.

Había algunos niños montados en ponys, pero también otros muy pequeños sobre caballos de talla normal por lo que sus pies no llegaban a los estribos, mientras en el otro extremo etario se hizo una mención especial al decano de los gauchos arequeros, Beto Lastre, quien con 82 años participó del desfile y las destrezas.

Luego hubo una pausa para el almuerzo: un asado con cuero campero -se come sin tenedor, sólo con pan y cuchillo, preferentemente el facón- para todos los participantes e invitados.

A la tarde, en el Parque Criollo se realizó primero el "entrevero de tropillas", donde esos grupos de caballos conducidos por un gaucho guía, galopaban y se cruzaban ordenadamente sin mezclarse, y como cierre el concurso de doma.

En este caso, los gauchos dieron muestra de su capacidad para mantenerse sobre el lomo de un potro que no acepta ser montado y a fuerza de corcoveos, saltos y corridas procura sacarse de encima al jinete, y la más de las veces lo logra.

La fiesta de Areco tiene un carácter auténtico, en el que nada es artificial, porque la gente que viste de gaucho estos días, lo hace también todo el año y se traslada a caballo, doma y maneja las tropillas como parte de su trabajo o su vida.

También los relatores del desfile y de la jineteada posterior eran conocidos paisanos que sabían describir lo que sucedía gracias a sus conocimientos de las actividades camperas.

Quizás por haber sido originalmente estas actividades reservadas sólo a los hombres, los animadores no contemplaban la presencia de damas y niños y los altoparlantes reproducían bromas de tinte obsceno y cargadas de sexismo, homofobia y hasta misoginia, que poca gracia causaban en buena parte del público.

Al caer la tarde, cuando un viento casi helado enfriaba los cuerpos aunque no los ánimos en el Parque Criollo, la jineteada concluyó, pero unas 7.000 personas se quedaron para el espectáculo artítico de cierre, a la noche, entre cuyos participantes se destacó el dúo Coplanacu.

Durante la semana visitaron la ciudad unas 10.000 personas por día y muchas se quedaban a pernoctar, por lo que la ocupación hotelera fue de entre el 60 y 70% de las plazas, con un 48% de extanjeros, entre ellos ingleses, rusos, ucranianos, franceses, italianos, españoles, de Estados Unidos, canadienses y brasileños.

Sin embargo, en la noche del sábado la ocupación fue plena en las cerca de 1.200 plazas disponibles, dijo a Télam el director de Turismo de Areco, Andrés Ziperovich, ya que muchos visitantes querían asegurarse un lugar desde temprano para la fiesta gaucha del domingo.

Por falta de camas para los visitantes, Areco derivó turistas a otras localidades cercanas, como Capitán Sarmiento, San Andrés de Giles, Robles, Baradero y Pilar.

Fuente: Télam

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