Catamarca
Sabado 27 de Abril de 2024
Buscar:

La buena literatura estará siempre para pudrir la fiesta

En Odio la literatura del yo, los cientistas sociales Nuria Yabkowski y Esteban DiPaola usaron los redes sociales para atravesar una separación y lograron componer una historia de amor que además logra acercarse a una década y una época ganada por cantidad de experiencias inéditas.
El libro, publicado por el sello Pánico el Pánico, conjuga con una retórica a cuatro manos cómo dos personas que han amado, son capaces de separarse sin catástrofes domésticas.
Dipaola es Doctor en Ciencias sociales e Investigador asistente del CONICET, profesor en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Publicó Aura y fetiche. Cuatro herejías sobre Marx y Todo el resto. Estética y pulsión de los años 90.

Yabkowski es Magister en Ciencias sociales y profesora en la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) y en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Publicó En tu ardor y en tu frío. Arte y política en Theodor Adorno y Gilles Deleuze.

Esta es la conversación que ambos tuvieron con Télam.
T : ¿Cómo armaron este libro? Las redes sociales, ¿qué futuro tienen en el campo literario?
DY : El libro se fue gestando sobre el devenir de nuestra propia historia como pareja. Nuria y yo convivimos durante casi 9 años y de golpe estábamos separados, viviendo en casas diferentes y extrañándonos. Entonces, chateábamos seguido mediante Facebook. Era divertido, al tiempo que tranquilizador hacerlo. De esas charlas de chat fueron saliendo las primeras ideas para este libro. En realidad, yo una vez le dije a Nuria que lo que acababa de escribirme por chat era prácticamente una poesía de los 90, y ella enseguida me dijo hagámoslo, hagamos un libro de esto. Después de eso vino juntarnos, imprimir todas esas conversaciones y empezar a editarlas como poesías o pequeños textos. Odio la literatura… es eso, la consecuencia de una historia de amor entre dos personas que se conocieron cuando no existía internet masivamente y que se separaron cuando las redes sociales se entrometieron en su pequeño mundo. Es un libro de una historia de amor hecho a partir de esos materiales.
Ahora, me parece que las redes sociales atraviesan la literatura. Se escribe como se chatea o como se postea y con eso se busca producir efectos, narrativas. Pero la literatura no es las redes sociales. Entonces, si hoy consigue su material en ese campo, está bien; sin embargo ello no indica que su futuro pase por ahí. La literatura es el mal porque produce un desequilibrio y montado en ese desequilibrio se escribe, se piensa, se ama. Las redes sociales son apenas un anclaje donde ese desequilibrio se sostiene, pero la literatura no puede quedarse con ello, siempre va a haber alguien que esté realmente mal y la pudra. La buena literatura siempre estará para pudrir la fiesta.

T : Se supone que no hay un tema para la poesía pero el título del libro parece o es muy elocuente. ¿A qué se refieren con literatura del yo? ¿Cómo se frasea ese odio?
DY : Odio la literatura del yo es en verdad parte de la ironía. El título lo propuso Nuria y a mí enseguida me fascinó. Tiene relación con que las poesías surjan de los chats que teníamos, es decir, que provengan de ese ámbito totalizante del yo que son las redes sociales, y además se vincula con nuestra historia, con nuestro propio vínculo como pareja. Nos conocimos muy chicos, Nuria tenía 20 años y yo 23, veníamos de la adolescencia en los 90 y empezamos a leer la misma literatura, nos comprábamos libros y nos los leíamos o ella leía y después yo y luego comentábamos. Entonces, la literatura del yo en este caso, es también nuestra propia literatura. Hicimos un libro de poesía muy íntimo, muy desnudo, hablamos de nosotros, de nuestra relación, de lo bien que la pasamos y de los conflictos que nos habitaban. Esa es la literatura del yo. Y de repente estábamos separados, entonces la alternativa era odiar. El fraseo del odio es también un vínculo, un odio imposible porque ahí estamos nosotros. Al día de hoy, cuando Nuria y yo nos encontramos y conversamos un poco, todavía hay algo de ese fraseo, porque hablamos de las mismas cosas que cuando vivíamos juntos; en la contratapa del libro incluso se dice que hasta nos hicimos kirchneristas juntos y hay referencias en algunos textos sobre esa metamorfosis política. Entonces, se trata del fraseo de cómo nombrar una historia que ya no está entre nosotros o que no puede ser nombrada de la misma manera, o quizá, simplemente ya no puede ser nombrada.

T : La historia de amor del subtítulo ¿es con el lenguaje, de los dos con el lenguaje, o sería imposible que existiera sin el lenguaje?
DY: Es el lenguaje mediante el cual nos pudimos nombrar durante 9 años. Con Nuria hacíamos todo juntos y esa fue nuestra clave: estudiamos lo mismo, fuimos becarios del CONICET durante el mismo período, hicimos nuestras tesis doctorales, escribimos juntos, viajamos, salimos por las noches, hinchamos por Estudiantes de La Plata y sobre todo, crecimos juntos. Nos hicimos adultos juntos. En cierta manera, creamos un lenguaje propio de la pareja, íntimo, pero también una métrica y una cadencia para hacerlo sonar. De hecho, cuando presentamos el libro, invitamos a Gonzalo Aloras que es nuestro amigo para que musicalizara ese momento, y Aloras encontró el sonido para cada instante, para cada poesía. La historia de amor que contamos en Odio la literatura… pone en juego eso, y lo hace en un territorio público. Me parece arriesgado, pero también desafiante, porque es inscribir la historia de dos personas que pasaron 9 años juntos y que se separan sin joderse la vida, y no todos pueden hacer valer créditos del estilo. El lenguaje y el modo en que se va diciendo en los textos y poesías de Odio la literatura… es una suerte de traducción de nuestro lazo como personas que se quieren, pero también es un indicador de nuestra mirada sobre las cosas, sobre los 90, sobre el mundo que sobrevino después de esa década, sobre la política, sobre el kirchnerismo, sobre la literatura, sobre la música que escuchábamos, el cine, el teatro y la estética en general, sobre Estudiantes ganando la Libertadores y el duelo por Néstor (Kirchner); en fin, sobre todo lo que nos afectó y afecta y nos hizo como personas. Todas esas cosas que menciono estuvieron entre Nuria y yo, eran parte de nosotros y el libro es una puesta en escena de eso y es también permitirnos volver ahí, pero ya más grandes.

T : La Argentina es un país de poetas que se transforman en narradores o teóricos. ¿Este es el caso contrario?
DY: En ese aspecto somos un caso distinto. Nuria y yo tenemos una formación más bien académica y siempre nuestros intereses estuvieron relacionados a ese tipo de actividad. La literatura era más bien un campo de lectura y debate teórico entre nosotros, pero no de acción. Yo escribía algunas cosas pero sin tomármelo seriamente. En cambio, en el aspecto de la elaboración teórica si participábamos activamente. El primer libro de ambos fue escrito en conjunto y nos gusta mucho, se llama En tu ardor y en tu frío. Arte y política en Theodor Adorno y Gilles Deleuze y lo editó Paidós en 2008; todavía circula, le tengo un cariño muy especial. Fue un libro que nos llevó tiempo, lecturas, intercambio de ideas. Nos encantó escribirlo y éramos muy chicos. Adorno y Deleuze nos producían cierta fascinación y encontrábamos vínculos seguido cuando los leíamos; de ahí vino la idea de hacer el libro y después en la editorial se entusiasmaron y lo publicaron. En ese libro congeniamos con la estética y con la política, que era el punto de desequilibrio, es decir, de conexión entre Nuria y yo, porque ambos nos dedicábamos a la labor académica y ella lo hacía en el campo de la teoría política y yo en el de la estética, pero es inevitable que esos campos se crucen y atraviesen, pero además hay algo singular: fui yo, cuando nos conocimos, quien de algún modo convencí a Nuria sobre introducirse a la teoría política, del mismo modo que fue ella quien me enseñó las primeras cosas sobre cine a mí. Eso también se trasluce en las poesías de Odio la literatura…Un amigo de ambos definió al libro como un breve tratado político sobre el amor; creo que es lo más justo que se puede decir del libro. El resto es poesía.

T : ¿En qué tradición poético-musical se reconoce Odio la literatura... si se piensa (eso pienso yo) que no hay otra literatura que literatura del yo?
DY : Si se debe encajar en una tradición particular, es imposible hacerlo sin remitir a todo esto que decimos. Me refiero a una historia que se sitúa sobre la herencia de los 90 y se largó a vivir los 2000 en pareja; en ese sentido, reflexiono irónica y rápidamente ahora, fuimos una relación de poscrisis que se terminó de diluir en la década ganada. Es posible que toda literatura lo sea del yo, pero lo novedoso es la puesta en escena pública que hay actualmente, redes sociales mediante, de ese yo. Hay un dispositivo de lectura de la intimidad que la vuelve siempre visible. Nuria y yo hicimos un libro de poesías surgidas de textos provenientes de charlas por chat donde está metido lo que leíamos, veíamos en cine y televisión, la música que escuchábamos, etcétera. Es literatura del yo, pero que en su elección por hacer visible el yo, dejó traslucir la historia de una relación; en ese aspecto no hay una voz y tampoco dos voces. En las poesías surgidas no se evidencia una conversación, sino que aparece el sonido, la musicalidad -diría Aloras- de una historia de amor. Uno de los poemas dice: Detesto lavar los platos / no saco la basura con regularidad / cuando te fuiste / te olvidaste de avisarme que eras vos / quien mataba a las arañas. Esa musicalidad de lo cotidiano es la que se percibe y se lee en el libro.

Fuente: Télam

(Se ha leido 211 veces.)

Se permite la reproducción de esta noticia, citando la fuente http://www.diarioc.com.ar

Compartir en Facebook

Sitemap | Cartas al Director | Turismo Catamarca | Contacto | Tel. (03833) 15 697034 | www.diarioc.com.ar 2002-2024