Aunque todavía existen quienes la defienden con uñas y dientes, sus más fieles admiradores que la jamás la dejarán fuera de su vestuario, están también quienes creen que tienen sus días contados al considerarla anacrónica, inútil y excesivamente estructurada.
Para el diseñador Marcelo Senra la corbata jamás desaparecerá del mapa: “Siempre va a estar en los ámbitos más clásicos del hombre. Es parte de la etiqueta del vestir, un verdadero clásico, algo así como una carta de presentación”.
Si bien reconoció que en la actualidad no es el accesorio más usado dijo que volverá con más fuerza dentro de algunos años. “La moda tiene sus ciclos. Quizá ahora no se usa mucho pero todo se reinventa en el mundo de la moda”, señaló.
Serna considera que un hombre elegante tiene la obligación de usarla: “Te completa el traje ya que, sin corbata, no queda bien. Además es un fetiche masculino, el accesorio por excelencia con el que puede jugar con su coquetería al elegir determinados colores, tonos o estampas”.
En las grandes capitales europeas jamás se abandonó el uso de la corbata. El gentleman inglés, por ejemplo, la usa como parte de su uniforme diario. Lejos de lo que sucede en la Argentina, donde el vestuario laboral es cada vez más relajado, en Londres un traje no es elegante sin la corbata y un buen empleado jamás podrá dejarla en su casa.
La asesora Florencia Ducos, del Grupo Imagen, aceptó que hoy por hoy se ve mucho menos que hace un par de años pero “cuando se usa se la muestra con preponderancia en el conjunto, se lo arma para que la misma resalte se la pone en primer plano, como un objeto de lujo”.
“Nada puede hacer lucir tanto a un hombre como una corbata. A través de la elección del color y las estampas y de la manera de combinarla estamos marcando un estilo propio. La falta de gusto a la hora de elegirla puede hacer ver vulgar hasta al más pintado”.
A la hora de seleccionarla, hay que tener en cuenta la armonía de color del hombre haciendo una evaluación de su tono de piel, ojos y pelo, que puede ser claro y oscuro.
Un caballero de piel beige clara, rubio ceniza y de ojos grises recibirá mejor una corbata en tonos de medios a claros, con diseños o estampados con poco contraste entre sí. Además, la transición entre la corbata, la camisa y el traje tendrá que ser más suave o sutil. Por el contrario, un señor morocho, de ojos negros y piel oliva, podrá utilizar corbatas en tonos más oscuros y atreverse a combinaciones más drásticas.
Si de material se trata, lo ideal es que sea de seda natural: son las más elegantes, sirven para todo tipo de eventos (desde el más formal hasta el menos), son flexibles al tacto, tienen mucho mejor caída y no presenta arrugas ni dobleces. Las tejidas son más sport y se convierten en una opción más que viable para usar con un saco de tweed y un pantalón informal.
El ancho es otro aspecto a tener en cuenta: deberá ser igual a la parte más ancha de la solapa del traje. De esta manera, todo queda en proporción, ya que la solapa del traje irá de acuerdo al cuerpo del caballero en cuestión.
Una corbata de noche puede tener más brillo que una para el día. Las más coloridas son para el uso diurno mientras que las más oscuras son más indicadas para la noche, opinó Ducos.
Las básicas que cualquier hombre debería tener en el guardarropa es una azul, una bordó, celeste y ocre o amarillo que combinan con los trajes grises oscuros y azul oscuros, que conviven en el guardarropas de cualquier hombre.
Reglas para elegir una corbata
- Para determinar la calidad de la prenda en cuestión hay que mirar la etiqueta. Debe ser de pura seda, lana o hilo. “Que no tenga poliester que le da un brillo horrible”, señaló Ducos.
- Debe tener una costura en el extremo más delgado para que no se voltee.
- Una buena corbata jamás tiene arrugas ni dobleces. Para determinar si tiene errores en la confección hay que agarrarla por la mitad y controlar que sus partes cuelguen rectas.
- La tela no debe ser demasiado fina ni blanda para que el nudo no quede demasiado chico y sin cuerpo.
Tips para cuidarlas y limpiarlas
- La corbata es el accesorio más fácil de arruinar. Por lo tanto, nunca debe ser guardada con el nudo hecho. Cuando uno llega a su casa tiene que tomarse el trabajo de deshacer el nudo y colgarla para evitar arrugas
- Cuando la corbata es tejida hay que evitar colgarla para que no se enganche. Lo ideal es guardarla dentro de un cajón.
- Nunca poner la corbata en el lavarropas: se limpia “a seco” en la tintorería.
- Si la corbata se mancha con agua, frotarla con la misma tela muy suavemente.
- En un viaje, la corbata nunca tiene que ir en el fondo de la valija. El lugar ideal es entre los pantalones y las camisas.
- No rociarlas con perfume o colonia: arruina el color.
Cuestión de nudos
- Hacerle el nudo a la corbata no es para nada fácil. Hay quienes sostienen que es todo un arte y que cada caballero debería aprender los diferentes estilos para adecuarlos a los distintos eventos.
- El four-in-hand es el que menos maltrata a la corbata porque le da menos giros.
- El nudo más formal y elegante es el Windsor aunque también es el más complicado. Requiere una corbata fina porque hay que dar muchas vueltas y suficientemente larga. Ideal para cuellos anchos.
- En el Medio Windsor (Windsor sencillo o español) hay que darle a la corbata una vuelta menos que en el tradicional.
Fuente: moda.infobae.com
