La ex secretaria y supuesta amante de Kirchner tiene raíces Fiambalenses

Miriam Elizabeth Quiroga, quien se desempeñaba como titular del Centro de Documentación Presidencial, fue noticia en estos últimos días a nivel mundial luego de que en sus declaraciones a medios gráficos nacionales aceptó haber sido por muchos años la amante del ex presidente Néstor Kirchner.

(DIARIOC, 14/02/2011) “Es vox populi que era la amante de Néstor”, expresó a Revista Noticias.
La ex funcionaria en una de sus visitas a Fiambalá, comentó que su padre nació en Fiambalá y emigró a la Patagonia donde ella nació, actualmente tiene varios familiares en esta ciudad. “Aproveché para reconstruir mi vida, ya que cuando tenía 14 años fue la última vez que vine a Fiambalá”. Dijo durante su visita.
En varias oportunidades se reunió con autoridades locales para aunar criterios y gestionar posteriormente en la nación, proyectos de obra para Fiambalá y la provincia. En este sentido tuvo una excelente predisposición en ayudar a esta tierra natal de su padre. Se puede mencionar algunos de sus trámites como por ejemplo la obra cloacal y la tramitación en documentación para obtener la autobomba de Bomberos Voluntarios. Lo que la comunidad de Fiambalá agradece. También la planta de tratamiento de la ciudad de Belén entre otros.
Entre sus visitas, Miriam Quiroga frecuentaba Las Termas, el hospital local e instituciones educativas. Mantiene una gran amistad con el intendente Amado “Coco” Quintar, con quien compartió varias reuniones y agasajos.

Fiambalá Hoy cubrió su visita en dos oportunidades:
http://www.fiambalahoy.com.ar/public.ashx?DetalleNoticia.408.11568

(Revista Noticias) - Miriam Quiroga tenía un título pensado para esta nota: “La Evita de Kirchner”. No sólo porque admiraba a la esposa de Juan Domingo Perón y porque su cargo en la Casa Rosada –titular del Centro de Documentación Presidencial– consistía en el contacto con los “descamisados” y en responder las miles de cartas y los pedidos que le llegaban desde todos los rincones del país, sino porque además la unía un vínculo muy especial con el jefe y lo secundaba en todo momento. “Teníamos una unión muy fuerte –dice ahora–. Dejé todo para venirme con Néstor desde el sur. Dejé a mi familia”. Pero asegura que valió la pena: “Lo mío era como un ´ministerio de los pobres´, un lugar desde el que podía ayudar a la gente, como lo hacía Evita”.