"El eufemismo ha sido uno de los problemas graves de la Argentina y lo sigue siendo -apuntó-, porque es generador de violencia, implica factores complejos, ya que la mentira se funda en primer lugar sobre la palabra. Hay un montón de razones por las que el trabajo con la palabra es esencial: la democracia, la vida política, la ciudadanía en general".
Para el autor de "La revolución en bicicleta", "la lectura es el camino al conocimiento, la pregunta que uno se hace es cómo se accede a la palabra, a un mejor vocabulario, para que los más chicos puedan encontrar, a través de la lectura en voz alta, formas de mejorar su capacidad de imaginación en un sentido de acceso a un pensamiento crítico".
"Esto se dice fácil, pero es complejo hacerlo -sostuvo el escritor- el sistema educativo argentino, durante muchos años, fue muy golpeado. Es un cuarto de siglo en donde se vivió un deterioro permanente. La palabra ha sido el vocabulario de quienes son primero chicos, luego jóvenes y después adultos".
Y apuntó: "esto se ve en la vida cotidiana argentina, es un país de mala palabra, en el sentido de que se usa mal; el vocabulario es pobre, hay muchas falencias. Un problema notable es la gran incorporación de anglicismos que se imponen. No lo digo desde un supuesto nacionalismo pedante, simplemente digo que si alguien me atropella no quiero que me diga ´sorry´, quiero que diga ´disculpe´.
"El centro de la cuestión es qué se aprende y cómo se enseña -explicó- por eso el valor de la lectura es constitutivo, es lo que forma ciudadanía y desde esta perspectiva me parece fundamental la función de los padres. Cuando está el bebé en la panza, ahí hay que empezar, porque esto llega, hay una especie de contención del mundo que empieza ahí".
Según Giardinelli, "algunos dicen que hay problemas más urgentes que resolver, y es verdad, pero esto también tiene urgencia. Tiene que ver con la capacitación de los docentes, de los bibliotecarios, de los lectores; hay que cambiar programas de estudio, hay mucho por hacer".
"Pensemos que la dictadura hizo que la lectura fuera subversiva; la democracia, en los primeros años, tuvo tantos problemas que no se atendió bien el tema de la lectura; después vino Menem que fue una bomba de neutrones para la educación, y después vino la crisis del 2001. Evidentemente a partir del 2003 se puede ver un cambio muy importante en materia educativa. Pero aún falta mucho", sostuvo.
Y apuntó: "La palabra siempre incluye, integra, es la base de la comunicación. No hay verdadera comunicación sino es a través de la palabra; puede haber comunicación con la mirada o los símbolos, pero, finalmente, lo que va a consolidar esa comunicación es la palabra".
En ese sentido, sobre el gran encuentro de Tecnópolis, expresó: "Me parece que esta confluencia es un circunstancia feliz, es gratuito y necesariamente inclusivo. Eso es algo importante, ojalá se produzca todos los años".
Fuente: Télam