Catamarca
Viernes 26 de Abril de 2024
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La llanura pampeana se despliega en la novela "Descalzos en la luna"

La novela Descalzos en la luna, de Roy Rodríguez, hunde sus raíces en una historia que se remonta a principios del siglo XX, tiempos en que la Conquista del Desierto había dejado huérfanas las tierras de la llanura pampeana, aunque varios las reclamaban: los soldados que se sentían con derechos después de la pelea, los criollos, los indios -sobrevivientes de la masacre- y los gringos llegados de los barcos con la esperanza vana de 'hacerse l' América'.
Publicada por la editorial cordobesa Alción, el libro "nace a partir de una tumba, que dice «A don Ramón Vall, asesinado el 1 de enero de 1910», ese hecho real sobre el que hay muy pocos rastros, ocurrió en La Pampa en un pueblito llamado Parera, donde yo nací", cuenta Rodríguez en una entrevista con Télam.

Parera es uno de los primeros pueblos en el norte de La Pampa, "en realidad hay un asentamiento blanco anterior incluso a la llegada de Roca, "y cuando era chico un señor me cuenta la historia de un comisario que mata a ese hombre -un catalán inmigrante llegado a esas lejanías en la búsqueda de mejores horizontes-, lo mata en un cabaret de un cuchillazo en la ingle y lo deja desangrar", subraya el autor.

"Yo soy periodista pero en los últimos años tengo a cargo un archivo audiovisual de ESPN y la experiencia de la escritura fue una especie de resistencia con los espacios cotidianos, quise hacer algo que me sacara de mi realidad -explica-, asumir un compromiso, no es casual que quise cerrar la historia cuando estalló el conflicto del campo en 2008".

El libro tiene una cita inicial de Rafael Barret (escritor de origen español "injustamente olvidado por nuestra cultura", de ideas anarquistas y con una obra corta, ponderada por Borges y publicada en Paraguay, Uruguay y Argentina) a quien Rodríguez entrevera en la trama y lo hace dialogar con uno de sus personajes, el Polaco Drohowicz.

También hay un diálogo muy actual con poetas populares de hoy "como Nacho Wisky o el Coyuyo Carrizo, gente que me ha ido nutriendo y que aparece un poco dentro del libro desde lo popular", desliza el autor que al no poder resolver la historia desde el punto de vista documental -"había pocos datos"- se decide por la ficción.

A partir de esa leyenda en una tumba nace uno de los personajes, que es el comisario, "lo poco que supe fue por averiguar en los registros, los juzgados de paz; el certificado de defunción de Vall -por ejemplo- decía anemia cerebral, no que fue un asesinato. Algunos documentos de historiadores pampeanos corroboran cómo fue su muerte".

En la novela, cruzada por un fuerte tono poético, la voz del narrador se intercala con la de Arcadio Maciel, el comisario habla en primera persona, un soldado que estuvo en la Guerra del Paraguay, que deambuló por La Pampa y que cuando termina la Conquista del Desierto se queda ahí, como esperando la tierra: ahí está la problemática más fuerte del libro.

"Yo soy La Pampa. Soy por sobre los indios. No me hacen falta los papeles. Soy la ley. Mi ley. La nuestra. La del general Roca. La del gran Mitre. La de mis coroneles Winter y Facón, Yo soy un soldado de mi país. Y defiendo nuestra ley a cuchillo, vea", dice Maciel en el libro.




Fuente: Télam

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