El miedo, el peronismo, la tragedia personal, la sangre que brota, el amor que golpea, el sexo que le sigue, la trampa, la belleza y la nostalgia son parte de un muestrario profundo de individualidades que -con estilos muy disímiles- se lanzaron a conquistar la corona y se metieron en los entramados de un universo lleno de imágenes y de historias para exprimir y contar.
Los hacedores de esta antología son dos jóvenes periodistas y escritores, Mariana Belén Kozodij y Juan Marcos Almada, que sin prever el revuelo que generó (y sigue generando) este deporte, pensaron hace dos años este libro como una manera de emparentar "el sacrificio, el tesón y la voluntad que exige el boxeo, pero también la literatura".
Con prólogo del ex campeón mundial en la categoría super gallo Sergio Víctor Palma, "12 rounds", publicado por Lea Ediciones, contiene las obras de Marcelo Guerrieri, Clara Anich, Patricia Suárez, Patricio Eleisegui, Gabriela Cabezón Cámara, Nicolás Correa, Juan Guinot, Marcelo Luján, Carlos Salem, Hernán Brignardello, y los mismos compiladores, Kozodij y Almada.
"Estaba laburando una novela sobre un ex boxeador y se me despertó el gen boxístico. En mi familia hubo boxeadores, mi viejo miraba mucho boxeo y me di cuenta que desde el punto de vista de la escritura había una cantera narrativa para explorar", cuenta Almada a Télam, autor de "Recortes", un monólogo de su propia madre, quien fuera la novia de recordado boxeador "Goyo" Peralta.
Kozodij agarró el guante y se embarcó en la propuesta de Almada para armar la antología, aunque confesó que lo más cercano al boxeo en su vida "fueron las anécdotas de mi abuelo sobre las peleas emblemáticas como Firpo-Dempsey en el Barolo, la película de Gatica y los cuentos de Cortázar".
"Era un ámbito en el que no había entrado nunca y, desde lo literario, no había nada en la nueva narrativa. Son cuentos inéditos. Buscamos a los escritores, les propusimos la idea y ellos tuvieron libre albedrío", dice Kozodij, quien debutó con "Otro ring", la historia de tono costumbrista con pasajes eróticos protagonizada por "El corto" de la Paternal y "La Cholita".
Sentados en las inmediaciones del Almagro Boxing Club, legendario club al que hoy van más de 500 personas a practicar, ambos coinciden en la riqueza literaria del boxeo: "Las imágenes son potentes. Entrar al gimnasio, ver los movimientos, cómo se miran al espejo, los enfrentamientos. Son fotografías para armar historias y es un mundo desconocido para la mayoría", dicen.
En esta conexión puños-letras se da ahora en relatos como "Iniciación", de Suárez, donde con gran oficio la autora desarrolla el miedo y la soledad que arrastran a Gilda a asestar el primer golpe. O "Por un kebab", de Salem, que desmonta los mitos pugilísticos para dar lugar a venganzas reales, piñas secas y miserias escondidas.
La gloria que promete un knock out, la promesa de emerger de la marginalidad y el testimonio -aunque sea efímero- en un titular deportivo es lo que ofrece Correa en "Mirta tiró la toalla", un relato estremecedor y sofocante; mientras que en clave sci-fi, Guinot se despacha con el combate futurista en "Unificación".
En los "Reyes del cincuenta y uno", Luján crea un flash en la primera persona de Juan Domingo Perón con el fondo radial de la pelea entre José María Gatica versus Ike Williams, dejando rastro de otra gran unión y cosmovisión apasionada: peronismo y boxeo.
Desde un imaginario más osado, carnal y militante, Cabezón Cámara reemprende en "Viviendas dignas, con buena vista y muchos parques" esta sociedad innegable y alza la voz de Victoria Unita, una candidata a presidenta peronista y transexual, que en su juventud -y para sublimar su sexo natural- se dedica al boxeo.
Universos distintos en una primera impresión, el boxeo y la literatura se unen naturalmente para crear sentidos, palpitar un combate y entregarse a la gloria o a la derrota pero, como advierte la dupla compiladora, "en ambos hay entrega, sacrificio, constancia y disciplina. No se escribe un cuento de la noche a la mañana, ni se es boxeador de un día para el otro".
Con un atmósfera descontracturada, alejada de clichés, intensa en muchos casos y opresiva en otros, en estos "rounds" hay retratos de personajes a los que el boxeo les marco el camino, y a pesar del destino al que los llevó, todos irremediablemente volverían a calzarse los guantes, afilar la mirada y apurar el impacto.
Fuente: Télam
