Con sus alforjas cargadas de ilusiones, su cultura y tradiciones, y su devoción por la Virgen del Valle, fundaron el popular barrio de Laprida -más conocido como el barrio de los "cata"- un trozo de Catamarca en pleno corazón de la Patagonia que ellos levantaron a pulmón.
Hoy, el barrio cuenta con unos 10 mil catamarqueños, y es la comunidad de residentes más grande de la región patagónica, aunque también conviven con algún que otro riojano. (Télam)