Durante los últimos años, poder comprar o no un medicamento, es lo que ha marcado una de las mayores brechas entre ricos y pobres; y recetar por nombre genérico de acuerdo a la ley recientemente sancionada, puede ser la diferencia entre acceder a él o quedarse sin él. Los pacientes lo saben mejor que nadie.
Recientemente, Adelco (Asociación del Consumidor) publicó cifras contundentes acerca de la dispersión de precios entre distintas variantes comerciales de un mismo medicamento. Llegaron a detectarse diferencias del 636 por ciento, entre la alternativa más costosa (Salbutamol) y la más barata (Zodovudina), de un remedio con la misma droga. (Télam)