Creada en la ciudad francesa de Lille en 2006, esta pionera muestra pasó por Estambul, Bangkok, Prato, Barcelona, Shangai, Parí­s y Bucarest y su curadora, la francesa Caroline Davis, pasó por Buenos Aires a ultimar detalles para que los visitantes se sumerjan en un universo de materias increí­­bles, encajes microencapsulados y textiles mágicos que giran alrededor de la vida cotidiana.
"No es una muestra ni técnica, ni histórica, sino que se exhibe la innovación y que lo textil existe desde siempre, no murió", dice a Télam David, también directora de artes visuales y curadora de varias muestras para Lille3000, el programa cultural de esa ciudad al norte de Francia.
"En FuturoTextiles se mezcla el diseño, la moda y el arte contemporáneo con objetos industriales y prototipos de fábricas, por eso se podrá ver un vestido muy lindo de diseño, pero también un implante textil que reemplaza a la aorta en el cuerpo, algo muy sofisticado que retoma el elemento orgánico de nuestro cuerpo", ejemplifica David.
La muestra, que se desarrollará hasta noviembre, se divide en dos partes. La primera, es una explicación pedagógica sobre las variedades textiles como fibras naturales, sintéticas y artificiales; una suerte de panorama didáctico para "comprender que se hace textil con todo", resalta la curadora.
En la segunda, hay telas aplicadas a los usos. "Son ejemplos de la inteligencia de la innovación a partir de tres principios: ligereza, resistencia y protección. Por ejemplo, en aviones y trenes cada vez hay más piezas a base de telas para aligerar; o el cohete Ariane, del programa europeo de investigación espacial, tiene nariz textil. Se hacen telas con casi todo y hay textil en todas partes", dice David entusiasmada.
Es que la industria textil es una de las que más se desarrolló en lo últimos 30 años, sobre todo en paí­ses como Francia, Alemania, Italia, China y Japón, y ese despegue, según la curadora, fue porque "las empresas se dieron cuenta que la única manera de seguir era pasar por la investigación y el desarrollo".
Lejos del nylon derivado del petróleo, lentamente este sector viró hacia las fibras naturales y, en los últimos ocho años, la prioridad es la preocupación ecológica y medioambiental
Lejos del nylon derivado del petróleo, lentamente este sector viró hacia las fibras naturales y, en los últimos ocho años, la prioridad es la preocupación ecológica y medioambiental. Por eso, como explica la curadora, "muchas membranas textiles vienen a reemplazar el metal y la madera, elementos como el café y mediante una manipulación quí­mica, permiten que sean ecológicas".
Definida a sí­ misma como "una apasionada" del mundo textil y sus derivados, David llega cargada de muestras de tules, sintéticos e incluso del género más liviano del mundo, pero también se abre paso con ropa interior masculina hecha con tela perfumada que, en términos técnicos, es un algodón con microcapsulas que gracias al roce con la piel expide una atractiva fragancia.
"Este es un slip para hombres perfumado que fue una sensación en Francia. Es un sí­mbolo de la innovación de la microcapsulación, que tiene el mismo principio que los parches para dejar de fumar o la ropa antibacterial que protege la llegada de los microbios", ilustra sobre los múltiples procesos.
Telas a base de café, tejidos resistentes de fibras de remolacha, conductos humanos de tela para operaciones quirúrgicas, ladrillos de cáñamo para casas, la carrocerí­a de un auto construida en lino y decenas de objetos serán parte de esta muestra, porque, como dice David "todos los dí­as hay algo nuevo en el mundo textil, como la capa de tela dentro del celular o el interior del tablero de un auto".
Con la esperanza de que los más chicos descubran las variadas innovaciones, Davis invita a FuturoTextiles, el muestrario de un nuevo universo que se revela de a poco, que es diverso, sustentable y que va ganado terreno porque, en definitiva, "lo textil está en todas parte", remata la curadora.
La exhibición inaugura el próximo miércoles y se extenderá hasta el 2 de noviembre en Tecnópolis, entrada por Juan Bautista de Lasalle 4341, en Villa Martelli, con entrada libre y gratuita
Fuente: Télam
