María Inés López, Coordinadora del Programa Agentes Sociales Comunitarios, comentó que el régimen contempla la firma de un Convenio por una beca anual, la cual implica “la voluntad de los becados de trabajar para su comunidad y con la comunidad”. No tratándose de una contraprestación laboral, el sistema implica una capacitación permanente gratuita gestionada por la Secretaría de Desarrollo Social para la inserción, autogestión y participación comunitaria en pos de la promoción de espacios de participación ciudadana.
Cabe señalar dicha beca puede ser renovable en la medida en que el agente social comunitario continúe con la voluntad de participar y de realizar aportes comunitarios, en virtud de la capacitación obtenida y por la cual perciben $ 200 mensuales. Textualmente, el convenio que firma cada uno de los participantes de este sistema establece que la labor comunitaria se realiza “por voluntad y compromiso con su barrio”.
Específicamente la capacitación consiste en un trabajo preparatorio de tres meses en aspectos relacionados con la inserción en la comunidad, participación social y prevención, tanto en salud como en otros aspectos sociales. Es por ello que los Agentes Sociales, en forma sistemática toman parte de toda capacitación que surge por parte del Estado en temáticas de promoción social. Talleres sobre cuestión de Género y Equidad Social, Derechos de los Niños, Derechos de la Mujer y prevención de adicciones fueron algunas de las temáticas sobre las cuales obtuvieron capacitación de la mano de profesionales y especialistas en la materia.
En consecuencia, y en cumplimiento con los objetivos del Programa, el rol de los Agentes Sociales tiene que ver con la transmisión de dichos conocimientos en el seno de sus comunidades. Dicha instancia cuenta siempre y en todo momento con el respaldo de un profesional del trabajo social, en una labor que tiene lugar en los Centros de Promoción Comunitaria.
De igual modo, cabe resaltar que la labor de los agentes sociales realizan en la comunidad, no obsta su desempeño en actividades laborales en virtud de que la beca constituye un estímulo para la realización de la promoción en la comunidad. En este sentido, tal como lo señaló López, las tareas comunitarias se realizan generalmente en horas de la siesta donde el joven, la mamá o el papá puede participar de los respectivos talleres”.
