En el encuentro del jueves los artistas Flora Gómez y Juan Domínguez recibieron a los pequeños junto al personal del museo. Fue una enriquecedora experiencia donde los niños tuvieron la oportunidad de conocer a los artistas como personas e indagar acerca de sus experiencias: qué los inspira para pintar, cuáles son sus técnicas favoritas, o a qué hora les gusta trabajar con sus obras.
En este sentido, Flora Gómez contó que su hora preferida para pintar es a “la mañana temprano cuando el día aún no está contaminado”. Por su parte, Juan Domínguez les relató alguna de sus vivencias en su Belén natal, como cuando salía a andar en bicicleta, y comía frutas de los arboles que encontraba en su camino, vivencias que traslada a muchos de sus cuadros.
“¿Cómo me doy cuenta de que estoy ante una obra de arte?”, fue la pregunta directa y estratégica que uno de los alumnos de la escuela Moreno lanzó al aire, para sorpresa de los artistas y los trabajadores del museo. Tras una lluvia de ideas, todos concluyeron que “con la obra de arte pasa algo mágico, unos sienten un cosquilleo en el estómago, a otro se le acelera el corazón, uno ve un dragón y otro una nube; esa magia es lo que te dice que eso es arte”.
Luego vino el trabajo colectivo de los chicos, quienes por grupos pintaron paisajes en cuatro grandes afiches, que luego se colgaron en los pasillos del museo, y quedaron expuestos junto a las obras de los artistas.
Los talleres de comunicación y expresión al pie de obra así como otras actividades creativas y educativas para chicos y adolescentes se realizan de forma sostenida en el Museo de Bellas Artes Laureano Brizuela, en San Martín 316. Las instituciones interesadas en sumarse a estas propuestas deben coordinar las visitas con la responsable del museo, Laura Maubecín.