Con ese caso comenzó el diario neoyorquino su artículo sobre las armas "fáciles": los datos oficiales sobre la muerte de niños en este tipo de accidentes no reflejan la realidad y ocultan el hecho de que el desenlace fatal pudo evitarse, en gran medida.
Las tragedias ocurren en hogares de familias tranquilas y también en los de traficantes de drogas, agentes de policía, en granjas rurales o en departamentos urbanos. Los padres tratan de ocultar sus armas, pero por negligencia grave a veces quedan al alcance de sus hijos.
Según una investigación realizada por The New York Times, el número de muertes accidentales con armas de fuego en el hogar es el doble de lo indicado por las autoridades.
El caso de Lucas fue catalogado como un accidente, como los de la mitad de los 259 chicos menores de 15 años de edad recogidos en la investigación periodística en ocho Estados de Norteamérica en los que existen informes públicos sobre la causa de defunción.
Cuando los forenses en el certificado de defunción deben indicar la causa de la muerte, se puede elegir entre cinco categorías: homicidio, accidente, suicidio, natural o no determinada.
A menudo eligen la primera, teniendo en cuenta simplemente que cuando una persona mata a otra es, de hecho, un asesinato.
Como "asesinato", entonces, fue clasificada la muerte William Reddick, de 9 meses de vida, asesinado por su hermano de 2 años, que se encontró con una pistola en un cajón.
Del mismo modo es difícil determinar el alcance de los casos de las lesiones "simples" originados por el uso de armas de fuego en circunstancias familiares y hogareñas.
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Fuente: Télam