"Los cinco balazos en la cabeza de la muerta; el pegamento tipo ´la gotita´ tratando de tapar los orificios; la sangre limpiada con un poderoso detergente; el ´pituto´ que el hermano, Horacio, tiró por el inodoro; el falso certificado médico; el cuñado con cara de nada barajando a la policía cómplice; el viudo fingiendo dolor, el padre de la muerta ausente y ocho parientes que taparon el crimen familiar e inventaron a un vecino fantasma", son sus apreciaciones.
También se destaca el trabajo de Pablo Duggan, Perdón María Marta, que aporta una visión completamente distinta del tema.
"La opinión pública tomó partido contando con información incompleta e interesada. La verdad del expediente aún no ha sido revelada. La versión del fiscal Diego Molina Pico carece de pruebas y busca cubrir los errores de su actuación", se afirma desde las páginas del libro, publicado por el periodista tras cuatro años de investigación del expediente.
No somos ángeles, de los periodistas Liliana Caruso, Florencia Etcheves y Mauro Szeta trata de mostrar los aspectos menos explorados del caso. Desde policías de custodia que piden ser separados por asegurar que el fantasma de María Marta se paseaba por la casa, hasta el fiscal Molina Pico, que asegura que no se cambiaría el saco azul que usaba por cábala: "Una vez en un juicio oral me lo saqué y ese día se me dieron vuelta dos testigos", aseguraba.
El caso Belsunce – Enemigos íntimos, de Ricardo Canaletti y Rolando Barbano, trata de escaparse de la crónica periodística y busca ser una lectura amena sobre "un barrio privado habitado por gente rica en las afueras de la ciudad, y un entorno familiar teñido por la sospecha, entre pegamentos, balas que se confunden con ´pitutos´, y lágrimas de cocodrilo", afirmaban los autores en 2007, al momento de su edición. (Infobae)