El templo fue colmado por una gran cantidad de fieles, que siguieron con mucha emoción los distintos momentos de la celebración religiosa.
Agradecimiento al Padre Ibáñez
La ceremonia dio inicio con la lectura del decreto episcopal de nombramiento del nuevo párroco; y posteriormente, el Padre Dardo recibió el Evangelio de manos del Obispo el Evangelio, que lo impulsa a ser mensajero entre sus hermanos.
Al comienzo de su predicación, Mons. Urbanč agradeció al Padre Carlos Ibáñez “lo que él ha ido haciendo durante estos años en que le tocó hacer el paso entre tantos años en que el Padre Sonzini estuvo como párroco, asumiendo una parroquia que estaba marcada por el estilo, por la familiaridad de este gran sacerdote”.
Asimismo, apuntó que “también hoy recibimos al Padre Dardo, a quien le agradezco la disponibilidad de aceptar esta tarea de servir en esta parroquia. Muchos de ustedes lo deben conocer porque fue vicario parroquial del Padre Sonzini Para todos nosotros es empezar un nuevo desafío, para el Padre Dardo con ustedes, para ustedes con el Padre Dardo. ¿Y cuál es ese desafío siempre nuevo? La tarea de la evangelización; la tarea de instaurar el Reino de Cristo entre nosotros, en esta parroquia que está bajo la advocación de Santa Rosa de Lima, de las primeras santas que tiene este continente”.
El testamento de Jesús es el servicio
En otro tramo de su predicación, el Obispo Diocesano se refirió al sentido del servicio cristiano. “Entre ustedes -dijo-, el más grande será servidor de los demás. Y justamente, el testamento que dejó Jesús es el del servicio”.
“Los sacerdotes -afirmó Mons. Urbanč- tenemos que renovar esta actitud de servicio de Jesús, potenciarla, debemos ser servidores. Que el primero se haga esclavo como el Hijo del Hombre, que no vino para ser servido sino para servir y dar su vida por una multitud. Este es un plan de vida, es un estilo de vida de todo bautizado. Por supuesto que nosotros, los sacerdotes, tenemos que dar en primer lugar este ejemplo. Estamos para servir”.
El Pastor Diocesano remarcó que “cuando ese estilo de vida nos sale del corazón es precioso, y no es un formalismo, esto es fruto de haberse metido el Evangelio en la médula de la persona, en la médula misma de la sociedad”.
“A nosotros, los sacerdotes, nos toca más de cerca el poder pulir, el poder mejorar nuestro estilo de vida de servidores en medio de la comunidad. Y ustedes también lo tienen que hacer en sus propios hogares, en sus lugares de trabajo, en la vida eclesial, ponernos al servicio. Quien opta por este estilo de vida de servicio es la persona que entendió lo que significa el camino de la libertad. Solamente es libre quien es servidor”, enfatizó.
Del flamante párroco
Al dirigirse a los presentes, el Padre Olivera recordó su paso por esta comunidad siendo vicario parroquial allá por 1990. “Después de 17 años, el Señor me permite volver a esta parroquia, y me siento muy contento por ello”, manifestó.
Luego agregó: “Tengo un gran deseo de servir desde mi ministerio con mucha alegría. Estoy para atender las necesidades espirituales de ustedes. Trabajaremos juntos por el bien de ustedes, de esta parroquia y de la diócesis”.
Asimismo, agradeció “a los sacerdotes, en especial al Padre Julio Niñoles (párroco de Tinogasta), que con sus 87 años nos sigue dando ejemplo de fraternidad; al Padre Gerardo Denett, que me acompañó en mis primeros años de ministerio sacerdotal; como también al Padre Jorge Lozano, quienes han sido los puntales en mi camino de sacerdote”.
Agasajo
Finalizada la celebración eucarística, los miembros de la comunidad parroquial ofrecieron un brindis para agasajar al nuevo párroco y despedir al Padre Carlos Ibáñez, quien los acompañó durante estos últimos años. Esta especial ocasión sirvió para compartir momentos de alegría y fraternidad.
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Por: Maria el 12-03-2009 a las 16:39