"La idea gira en torno a un niño que juega en su habitación y entra en diferentes mundos y en esos mundos se va encontrando con su crecimiento", explicó a Télam Bindenmaister luego de la función, rodeada de pequeños niños chinos que colmaron la sala del moderno teatro de Shanghai.
Y sostuvo: "Está llena de metáforas, una mariposa captura el chupete del niño, o por querer agarrar un gusano empieza a dar sus primeros pasos. Así avanza hasta que termina en una nave espacial luchando contra un extraterrestres".
"En cada espacio conoce algo nuevo -continuó-. Es un camino iniciático. Lo que priorizamos es esa idea: que uno va creciendo a través del juego y así entra en otros mundos".
La titiritera contó: "Tuvimos la suerte de estar el año pasado en el Festival Macau Arts acá en China y fue una experiencia hermosa. Hicimos seis funciones y sentimos que había mucha conexión. Es una obra universal, porque tiene que ver con la forma en que todos crecemos y empezamos a sentir".
"Creo que puede ir para cualquier lugar, y parece haber una atracción especial con el público chino, ya que ellos pidieron que volvamos", señaló.
Y explicó: "Lo que hacemos en esta obra es Teatro Negro. Se hace a través de luces que iluminan a los títeres y lo demás es todo oscuridad. Nosotras no estamos, están los títeres. Ellos son los actores. Se genera una magia absoluta y se da una sorpresa enorme cuando se prende la luz y se ve que somos nosotras las que manejamos alrededor de 40 títeres".
"En estos nueve años de compañía -apuntó la artista-, el formato de trabajo ha sido muy complementario, las dos dirigimos y hacemos de todo. Ahora vamos a cumplir 10 años y queremos ir mutando los formatos, pero nos manejamos siempre así".
Para Bindenmaister, "es algo muy fuerte mantener una compañía durante tanto tiempo que busca diferente estéticas cada vez que se presenta. Esta que trajimos es la única de Teatro Negro, pero también trabajamos con títeres más grandes, con Teatro de Sombras y Clown. La clave es divertirnos mucho".
"En un momento nos decidimos a trabajar los contenidos de la infancia para poder tener una nueva mirada, indagar, ver cómo somos, y a partir de ahí, no paramos nunca más", sostuvo la artista.
Por su parte, Lombardozzi señaló: "A esta altura de la historia del arte tratamos de manejarnos con las menores fronteras posibles porque eso nos da una libertad muy grande".
"Nuestra búsqueda tiene que ver con el lenguaje universal, sobre todo en esta obra. Al no tener diálogo, tratamos de expresar todo por medio de la imagen y creo que eso llega muy fuerte y llega más fuerte aun cuando los padres la ven con sus niños. Es algo muy bello, hay un reconocimiento, como si el escenario fuera un espejo".
Y apuntó: "Trabajamos con una concepción de la niñez que tiene que ver con que los chicos son seres humanos en desarrollo, igual a los adultos, y como madre puedo decir que los chicos están todo el tiempo enseñándonos. Antes se pensaba en ellos como un envase que había que llenar de conocimiento. Ahora estamos parados en otro lugar".
"Igual -continuó- sigue sucediendo, sobre todo desde lo comercial, que la infancia es un punto fuerte para el mercado, y la lucha es poder correrse de ahí y generar discursos que sean interesantes".
La Zopenca, desde su fundación ha realizado cuatro espectáculos para niños: "El viaje a la Isla de Coco", "El sueño de un caballo", "Una historia con barriletes" y "Colores Primarios", presentada esta mañana en el marco del Festival Internacional de Arte de Shanghai, ante un entusiasmado público infantil.
Fuente: Télam
