"Yo me quiero ir, no puedo esperar a que maten a mi hija", dijo Julia Urbani a los medios presentes a la salida de su domicilio con relación a la muerte de su hijo, pero también de su marido quien falleció años atrás de un infarto después de un violento asalto.
La mujer, que aún no se había entrevistado con el intentente de Tigre, se lamentó de haber tenido miedo en su momento y de no haberse ido, y dijo que si no lo hizo es porque soñaba con jubilarse en la Argentina.
"Yo amaba a este país, pero ahora se fue de mambo", sostuvo.
También apuntó a las responsabilidades por la inseguridad.
"Yo quiero que cada uno asuma su nivel de responsabilidad. Yo no puedo entender cómo a nosotros [trabajadores municipales] por cualquier cosa nos pueden iniciar un sumario y [a la policía no]", aseguró.
Y dijo: "Que hayan puesto 500 cámaras [en Tigre] no significa que con eso van a solucionar el problema de la inseguridad."
Desbordada por la tristeza, dijo esperar que la policía los "agarre" en referencia a los asesinos de su hijo y que lamentaba sentir deseos de verlos muertos.
"Nunca creí en la pena de muerte pero no puedo entender que venga un loquito y le tire un escopetazo en la cabeza a mi hijo así nomás", señaló.
