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Madres siglo XXI: ¿el fin de la familia tipo?

Familias monoparentales, homoparentales y ensambladas, son algunas de las que predominan en la actualidad. La ciencia y el desarrollo profesional que alcanzaron las mujeres llevaron a que el límite de la maternidad se “estirara” hasta más allá de los 40. En el Día de la Madre, Infobae.com recopiló historias de mujeres que se animaron, más allá de la edad
(DIARIOC, 20/10/2011)Madre, padre y dos hijos. Lejos parece quedar el modelo de familia tal como se “estilaba” hacía unos años. Es que las parejas se divorcian y vuelven a formar nuevas familias. Las mujeres se desarrollan profesionalmente y recurren a la ciencia para ser madres, casi al límite de su edad fértil. Las parejas homosexuales tienen la posibilidad de ser padres. Las mujeres solas pueden recurrir a una donación de gametas masculinas. Los hombres alquilar un vientre. Y todos tienen la chance de adoptar.

Como se ve, las opciones de familia parecen ser tantas como seres humanos. Y eso es lo que observaron Silvina Quintans y Patricia Iacovone.

Abogada, periodista y guionista la primera y especialista en Gestión de Producción Editorial la segunda, las mujeres recopilaron las historias de diez mujeres que decidieron abocarse a la maternidad después de los 40 y las plasmaron en un libro. Infobae.com habló con ellas para conocer, con motivo del Día de la Madre, cómo cambiaron las familias en los tiempos que corren.

¿Cómo surgió la idea de escribir Ser madre después de los 40? ¿Con qué objetivo lo hicieron?
La idea del libro es contar las historias de diez mujeres que llegaron a la maternidad por distintos caminos después de los 40. Para contar estas historias, nos basamos en las entrevistas, y trabajamos directamente sobre las desgrabaciones, respetando las palabras de cada una.

En cuanto a lo anecdótico, la idea surgió de una reunión de egresadas del colegio secundario en la que me encontré con mis compañeras después de muchos años a través de Facebook. El promedio de edad era de 44 años, y gran parte de los temas que se trataron en la mesa giraban alrededor de la maternidad.

Algunas habían sido mamás jóvenes, pero varias habían tenido hijos después de los 40. Muchas de ellas venían de familias tradicionales o muy religiosas y decidieron romper con los modelos que habían recibido. Habíamos ido al colegio en la época de la dictadura militar, donde nos habían inculcado el modelo de la familia “tipo”: padre, madre e hijos. Sin embargo, la mayoría de ellas había escapado de esos parámetros.

Algunos de los casos que figuran en el libro surgieron de esa reunión del Facebook, otros los aportaron amigas o contactos nuestros, y varios fueron apareciendo durante la etapa de investigación. Nos interesaba explorar los nuevos modelos de maternidad y cómo se fueron extendiendo las edades para ser madre.

¿Cuántos tipos de familia descubrieron que existen?
No podríamos hacer una enumeración de cuántos tipos de familia existen, pero sí decir que los parámetros cambiaron en los últimos años, y que hoy a las familias tradicionales compuestas por una pareja de hombre y mujer con sus hijos, se sumaron las familias monoparentales, homoparentales y ensambladas. Lo cierto es que hay mayor libertad para elegir y decidir qué clase de vínculo familiar uno quiere llevar adelante. En el libro hablamos de “maternidades” con la convicción de que no existe una sola forma de maternidad ni un solo modelo de familia sino tantos como personas dispuestas a dar amor.

El libro intenta reflejar esa variedad, por eso elegimos distintos casos: Sandra, que luego de un largo camino de tratamientos de fertilización está en proceso con su pareja para adoptar niños haitianos; María, que soltera y sin pareja adoptó a una niña de cuatro años; Mónica, que decidió tener a su segundo hijo después de los 40 con una nueva pareja; Nora y Lucía, que recurrieron a la inseminación para armar una familia homoparental; Victoria, que adoptó a los hijos de su hermana; Laura, que después de haber tenido cuatro hijos biológicos adoptó una beba con su segunda pareja; Elena, que criopreservó sus embriones y tuvo a sus hijos con diez años de diferencia; Paula, que decidió ser mamá a los 43; Sofía, que tuvo al primero de sus cinco hijos a los 16 y el último a los 44; Belén, que decidió recurrir a una donación anónima de semen para ser mamá.

¿Cómo podrían resumir las razones por las que una mujer desea ser madre?

Los motivos que llevan a la maternidad varían según los casos. En el libro cada una de las entrevistadas va contando su recorrido, su historia de vida, cómo era su familia de origen y de qué manera llegó a la maternidad. La maternidad es siempre una experiencia íntima y personal movilizada por el deseo.

¿Por qué hay mujeres que deciden postergar la maternidad?

Creemos que en muchos casos no se trata de una “postergación”, sino de una elección diferida en el tiempo. Hoy la ciencia y la mayor apertura de la sociedad hacia estos temas permitieron estirar el límite hasta más allá de los 40.

Algunas mujeres eligen realizarse profesionalmente, estudiar o viajar antes de buscar un hijo. En el caso de nuestras entrevistadas, algunas quisieron ser madres después de esa edad y a otras se les impusieron otras circunstancias. Una de las entrevistadas hizo largos tratamientos de fertilización y después de los 40 decidió recurrir a la adopción, otra debió adoptar a los hijos de su hermana que habían quedado huérfanos, otra tuvo un hijo antes de los 40, pero decidió criopreservar sus embriones para poder darle un hermano.

Lo que hay que destacar es que las mujeres hoy tienen más posibilidades de elegir en qué momento de su vida quieren ser madres. Esta libertad se extiende también a aquellas mujeres que optan por no ser madres.

¿Cuál es la diferencia de ser madre a los 40?

Como ventajas de la maternidad después de los 40, algunas de las entrevistadas señalaron la madurez para resolver situaciones, la estabilidad económica y profesional, la mayor disponibilidad de tiempo. Entre las desventajas, señalaron el temor a la orfandad temprana, la falta de abuelos, las posibles complicaciones que puede traer un embarazo después de determinada edad.

Todas coincidieron, sin embargo, en alentar a otras mujeres a que venzan miedos y prejuicios, y se animen a iniciar el recorrido. Tal como señaló una de las entrevistadas: “Una persona grande puede abordar la maternidad y criar perfectamente bien a su hijo. Las fuerzas y las ganas son las que te permiten ir adelante. El resto, lo que puedan pensar los demás, lo que no puedan pensar, será un problema de ellos. La edad o la imposibilidad biológica de gestar no son impedimentos. Todo depende del amor que uno esté dispuesto a dar.”

¿Cómo viven la experiencia las que deben recurrir a la medicina para cumplir su deseo?

Entre las mujeres que entrevistamos, la mitad recurrió a la ciencia para llegar a la maternidad –una de ellas optó luego por la adopción-, cuatro recurrieron a la adopción, y dos quedaron embarazadas sin necesidad de tratamiento.

Las que enfrentaron tratamientos de fertilización contaron distintas experiencias. En algunos casos, como el de Sandra, la mujer que hizo 14 tratamientos de fertilización sin éxito, la experiencia fue traumática. Otras entrevistadas destacaron la ayuda de los médicos y los logros de la ciencia que les facilitaron el camino a la maternidad. El costo económico, físico y psicológico de los tratamientos fue un tema recurrente en algunas de las entrevistas.

¿Por qué creen que hay mujeres que deciden adoptar luego de haber tenido hijos biológicos?

Laura, una de las entrevistadas del libro, tuvo cuatro hijos biológicos siendo muy joven y luego debieron ligarle las trompas. Se separó de su marido, y después de los 40 formó una nueva pareja con la que proyectaron tener otro hijo. Ambos decidieron adoptar y luego de varios años de trámites lo lograron a los 48 años. Laura asegura que cuando vio a su hija, la sensación fue como si la hubiese tenido adentro de su panza. “No sentí ninguna otra sensación: esa era mi hija. Es una cosa extraña de explicar, no la puedo explicar más que de esta manera. No sentí diferencia con mis hijos biológicos. No tuve el dolor en la panza, no tuve la cesárea, pero era mi hija”, contó.

¿Podrían brevemente resumir las sensaciones al recolectar los casos?

Seleccionamos las historias en función de su fuerza e interés, cada una de ellas tiene algo especial.
Mientras hacíamos las entrevistas, lloramos, nos reímos y compartimos las alegrías e inquietudes de cada una de las protagonistas. Nos invitaron a sus casas, nos mostraron el cuarto de sus hijos, nos confiaron sus temores y sus deseos más íntimos.

Cada una de las mujeres entrevistadas tiene una historia singular e interesante para contar.

En las entrevistas, además, fueron apareciendo distintas cuestiones e interrogantes que hacen a estas nuevas formas de maternidad: ¿cuáles son los tabúes que debe enfrentar una mujer que quiere adoptar sola? ¿cómo influye la edad en la posibilidad de adoptar un niño?¿cuál es el rol del padre en estas nuevas familias? ¿A quién pertenecen los embriones criopreservados? ¿La donación de esperma debe ser anónima? ¿Cuál es la terminología adecuada para nombrar al producto de la fecundación en laboratorio? ¿Hablamos de “preembriones”, “embriones” o “personas”?

Las historias dialogan entre sí y forman un rompecabezas que va delineando las nuevas maternidades.

Fuente: saludable.infobae.com

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