El Gobierno de la provincia, a través de la Subsecretaría de Acción Social y la Dirección de Políticas Nutricionales, ha implementado diversos programas para la atención y asistencia alimentaria de las familias catamarqueñas que se encuentran en riesgo alimentario.
En este marco se ha desarrollado, conjuntamente, con el Ministerio de Producción y Desarrollo, el Programa de Hornos Comunitarios, que promueve la búsqueda de estrategias para mejorar la calidad de vida de las familias de menores recursos del departamento Capital a través de la actividad de panificación, planteando la necesidad de generar un espacio de interacción social donde puedan aflorar y estimularse las potencialidades del ser humano, un campo de deliberación de ideas y de propuestas donde la personas pueda recuperar su dignidad, y ser protagonistas de su propio desarrollo.
Con esta base como marco de apoyo y de referencia se inició en el mes de octubre del 2002, el Programa de Hornos Comunitarios. Actualmente y a siete meses de su inicio, se han incorporado más de 300 familias organizadas en 30 grupos pre-cooperativos, distribuídos en 20 de los barrios mas carenciados de la Capital. Oportunamente, la cartera de Producción, a través de sus técnicos, coordinó las tareas para que se construyan los respectivos hornos en los distintos grupos precoperativos.
El Programa de Hornos Comunitarios, coordinado técnicamente por Héctor Seewald provee de insumos para la elaboración de productos de panificación y pastas (harina), mientras los demás insumos son aportados por los grupos.
En la actualidad el programa llega a estas familias con el aporte de más 13.805 kilogramos de harina para la elaboración de los productos. El Programa basa su actividad en el asesoramiento técnico y capacitación a los grupos constituidos, para la apropiación de habilidades técnicas y herramientas para el fortalecimiento de las organizaciones comunitarias.
Las familias que lo componen son en su mayoría de tipo monoparental, hogares a cargo de mujeres con varios hijos y familias de tipo extendidas, con jefatura compartida donde encontramos abuelos, hijos y nietos. Algunos vienen arrastrando una pobreza estructural y otros han caído hace unos años bajo la línea de pobreza con fuertes dificultades para hacer frente a la situación de crisis actual.
Una de las integrantes del grupo "Sembrando Esperanzas" del barrio La Tablada de la ciudad capital, consideró que si bien este año ha sido difícil para todos, sido un año difícil. "Comenzar ahora con este emprendimiento es como que se nos han levantado los ánimos y las ganas de trabajar; y es como que se encendió una esperanza entre todos los integrantes del grupo, hay más ánimo, como que uno ve el futuro con más positividad; tenemos más objetivos, queremos alcanzar otras metas y ya no nos quedamos con hacer el pan para consumo; queremos progresar, tener ventas y trabajar y poder alguna vez subsistir solos con este empuje que nos dieron".
El objetivo fundamental consiste en: mejorar las condiciones alimentarias de un sector de la población barrial del Departamento Capital, a través de la participación y el protagonismo de las familias organizadas y su relación con otros grupos, instituciones, empresas; de manera tal, que puedan construirse y desarrollarse alternativas que permitan mejorar su calidad de vida.
A partir de una metodología participativa se genera el intercambio y el desarrollo de conocimientos y experiencias de vida, que favorecen el crecimiento del grupo. Los respectivos grupos comenzaron con pequeñas actividades posibles de ser planificadas y de ser ejecutadas, práctica que les permitió afianzar las relaciones de confianza en sí mismos, en el grupo y en el logro de los objetivos perseguidos.
En este sentido, Prixila, del grupo Santa Rita del barrio Virgen del Valle, dijo que venían trabajando anteriormente pero remarco que "como experiencia de micro emprendimiento es la primera vez. Queremos lanzarnos para tener independencia y lo vemos como una fuente laboral y no depender siempre de subsidios, ni de 150 pesos, sino hacer un poco más y tener más cosas.
En el Programa de hornos comunitarios nosotros hacemos pan para consumo propio pero también para vender; y ahora se agregan las pastas que no lo teníamos, no lo habíamos hecho nunca".
Capacitación
La capacitación es un tema central en el desarrollo del Programa, pues acompaña las necesidades planteadas por los grupos respectivos, apuntalando básicamente dos ejes: uno correspondiente a la organización comunitaria y su fortalecimiento y el otro con una visión económico-productiva. Este proceso de construcción desarrolla nuevos espacios que favorecen el acercamiento de los actores intervinientes. Se busca avanzar hacia la conformación e integración de una red como estrategia de contención bajo la forma legal de una cooperativa donde puedan sentirse contenidos y respaldados todos los grupos que forman parte del Programa.
Otro eje de capacitación está dirigido al plano económico productivo con la elaboración, y producción para el consumo y venta de productos de panificación artesanal. En este sentido vienen desarrollándose experiencias diversas sobre formas de elaborar el pan, masas, roscas, pre-pizzas, pastas etc. Estas capacitaciones tienden a mejorar la calidad y presentación de los productos como elemento indispensable para el logro de sus objetivos.
Se ha favorecido de esta forma, la creación de un campo que genera la energía social suficiente y pone en movimiento los deseos y ansias de superación que existe en los protagonistas de esta experiencia
