El libro cuenta e ilustra la historia del Cementerio desde su fundación, el 17 de noviembre de 1822, un sitio que "es necesario preservar, porque hay muchas tumbas abandonadas a partir de la extinción de una práctica social, el homenaje mortuorio, y de las obras de refacción de los caños de agua -que son del siglo XlX-", dijo a Télam López Mato.
"Ahora cunde el modelo anglosajón de los jardines de paz, muchos ya no visitan a sus muertos y no se paga para el cuidado de las tumbas -mencionó-. Nadie quiere saber nada con la muerte". (Télam).-