En general, el Valle de Traslasierra conserva la esencia de sus primeros habitantes, y esta se percibe en la labor y en el trato de los abuelos tejenderos, en el arte de los alfareros de cerámica negra y en los aromas que sus hierbas esparcen por el aire.
Entre sus atractivos cuenta con dos ríos de aguas cristalinas -uno frío y medicinal, y otro termal- que convergen en el centro de la ciudad para conformar un tercer río de aguas templadas.( Télam)