Catamarca
Viernes 26 de Abril de 2024
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Mons. Luis Urbanč durante la misa de los periodistas

“No estén corriendo siempre detrás de la última noticia, corran detrás de Jesús, y con El disciernan lo que está pasando cada día”

Los periodistas y trabajadores de los distintos medios de comunicación de la Diócesis hicieron un alto en la labor diaria, para reunirse en torno a Jesús Eucaristía, durante la Santa Misa oficiada hoy en la capilla del Obispado local.
(DIARIOC, 06/06/2008)La celebración fue presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por el Vicario General, Pbro. Julio Quiroga del Pino. La misma estuvo organizada por el Equipo de Pastoral de las Comunicaciones Sociales, y contó con la adhesión del Sindicato de Prensa de Catamarca; en su transcurso, los colegas presentes elevaron la alabanza a través del canto, la profunda acción de gracias y la súplica confiada a Dios, rogando de una manera especial por aquellos compañeros que padecen algún problema de salud.

En algunos tramos de su homilía, el pastor diocesano manifestó:

“Les agradezco que hayan respondido a la invitación, que hayan venido acá a esta capilla para que compartamos esta Eucaristía, y compartir esta Eucaristía con tantos hermanos nuestros en un momento muy crítico de nuestra Patria en el que hay crisis de valores, en el que tenemos crisis institucional, en el que no respetamos las cosas como son, en el que no nos respetamos como personas, no respetamos las leyes en general. Evidentemente que tenemos que volver a mirar y centrar nuestra atención en Cristo. La sociedad en la que vivimos, la Argentina en la vivimos necesita un árbitro. Están pidiendo, preguntándose: ¿la Iglesia será mediadora? Nosotros tenemos un solo mediador entre Dios y los hombres y entre nosotros: Cristo. Pongámoslo a Cristo en el centro de nuestra vida y verán que las cosas cambian; desaparecerán aquellos que llamamos coimeros, mentirosos, van a desaparecer, pero pongámoslo a Cristo en el medio. Pero si a Cristo lo arrinconamos y sólo es un amuleto, un recuerdito, una persona simpática que existió antes, no nos sirve. Ese Cristo no nos sirve, necesitamos un Cristo real, metido en medio nuestro, que sirva de vínculo. Por eso, hoy les anuncio a Jesucristo, para que ustedes lo instalen, en primer lugar, en su vida, que Cristo sea alguien para ustedes, que lo descubran a Cristo como liberador. Yo los invito a que ustedes sean libres, porque Cristo los ha hecho para ser libres, libres para amar, y amar significa no dañar a nadie; libres para servir; y verán cuánta paz tendrán en su interior, y les digo más todavía, Cristo va a bendecir verdaderamente sus vidas, van a sentir la bendición de Jesús”.


No tengan miedo a reflexionar
En otro tramo expresó: “Este Cristo que es un Dios hecho hombre, que murió en la Cruz, y que proclamó la verdad sin ofender a nadie, me dice: ‘Si vos no te avergüenzas de mí yo no me voy a avergonzar de vos delante de mi Padre. Si vos te juegas por mí y por el Evangelio, yo me voy a jugar por vos ese día en el juicio final’.

Mis queridos hermanos y hermanas, nos estamos preparando para ese encuentro con Dios. Todo lo que hacemos acá tiene que orientarnos y nosotros ayudar a otros a que nos orientemos y caminemos. Y ustedes tienen que estar al servicio de eso, a la vez que vamos informando, cómo informamos en el mundo, cómo comunicamos, pero sabiendo que en el centro está Cristo.

Les invito de corazón a que no tengan miedo a reflexionar todos los días: ¿Estoy haciendo bien las cosas o no las estoy haciendo bien, las estoy haciendo como Cristo quiere o como el diablo quiere? Y ojo, porque yo puedo ser instrumento del diablo. San Ignacio de Loyola dice que el demonio se disfraza de ángel de luz; por eso, cuando uno haga el discernimiento, tengan cuidado, mis queridos hermanos. Ustedes tienen que discernir, no estén corriendo siempre detrás de la última noticia, corran detrás de Jesús, y con Jesús disciernan lo que está pasando cada día, entonces serán libres y podrán decir: ‘Soy una persona feliz’.”.

Recen siempre

“Todo esto lo vamos a poner delante del altar para que el Señor nos ayude. Yo voy a rezar para que Dios los ayude. Ustedes están en el fragor de la lucha, con sus presiones, con sus miedos, con sus cobardías y también con sus valentías; entonces, lo importante es decir: ‘Jesús, no los abandones, te buscan, muchas a veces a tientas’. Yo voy a rezar para que ustedes tengan fortaleza, no bajen los brazos y se planteen cada día: Qué tengo que hacer, qué quieres de mí hoy, cómo quieres que viva hoy, que ese diálogo lo tengan ustedes con Jesús. Y cuando les toca ir de un lugar a otro con la cámara, con el teléfono, con lo que fuere, vayan rezando. Tengo que ir a una entrevista con el gobernador: ‘Señor, ilumíname, dame fuerzas’; tengo que ir a entrevistarme con la gente humilde que está reclamando por algo: ‘Ilumíname, Señor, que no meta la pata, que vengo a mostrarte a vos en ese ambiente’”.

No están solos, Cristo está con ustedes

“Cuando ustedes tengan que dar testimonio de alguien, o cuando se les pida cuenta de algo, no tengan miedo, en ese momento se les va a dar el espíritu, pero eso sucede sólo con la persona que está con el Señor. Por eso recen todos los días, confiésense, vayan a misa, todos somos pecadores. Ustedes busquen la verdad, nadie sabe si dentro de cinco minutos va a vivir. Tenemos que ser muy conscientes de la fragilidad, de la precariedad de nuestra vida, y por eso tenemos que apostar siempre a vivir aquí en este momento en la verdad, la verdad nos libera, la verdad nos da la salvación, esa verdad es Jesucristo. Este es mi compromiso por ustedes, porque creo que ustedes son personas muy valiosas en la sociedad porque tienen esta vocación de tener que estar siempre muy disponibles, pero qué importante es aportarles que sepan que no están solos, que Cristo está con ustedes, que Cristo los necesita, que la Iglesia los necesita. Que con la ayuda de la oración puedan tener esa fortaleza de que todos los días, cada instante puedan decir estoy descubriendo cada vez más claro a Jesús. Nos pasa como en el Evangelio, viene un ciego y le pide a Jesús que lo cure. Y Jesús lo comenzó a curar por etapas, un poquitito de barro, lo unta; y el ciego dice: ‘Si, ya veo a la gente como árboles’, le vuelve a hacer otro pase, y después ya ve bien. Quizás a ustedes les pase eso en la vida, que lo ven a Jesús muy borroso, como una lente, que primero está muy diluida la imagen y después va concentrando y da justo en el foco. Entonces ustedes tienen que pedir esa gracia a Jesús: `Que cuanto antes logre hacer foco, y que te descubra presente en mi vida, en la vida de los demás, en la vida de la sociedad’”.

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