Otros dos jóvenes alcanzaron el título de Ingeniero en Informática

Con la emoción a flor de piel y sumergidos en el acostumbrado ritual, ambos jóvenes recibieron felicitaciones, pero también agua, pintura, harina, corte de pelo y ropa, ingredientes habituales e infaltables para la composición del feliz tradicional escenario, con filmaciones y fotos incluidas. Sin dudas, un cuadro de alegría y entusiasmo para representar el momento tan especial y significativo como el que estaban viviendo los recién egresados.

Franco, tiene 29 años, es oriundo de San Fernando del Valle de Catamarca, y en una pausa de la algarabía desatada, contó que el ansiado título logrado lo disfruta de una manera muy especial “porque superando algunas dificultades me propuse terminar, me puse las pilas y cursé y aprobé todas las materias, y luego por razones laborales y otras ajenas, estuve dos años con el trabajo final”.

En todos los casos, suele haber uno o más motivos para elegir cursar una determinada carrera. Al respecto, relata que particularmente “desde la secundaria que me sentí familiarizado con la informática, y si bien he podido contar con mi primera computadora recién cuando estaba en la universidad, tenía varios amigos entusiastas de la informática”.

“Entonces -prosiguió-, terminé la escuela y quería estudiar Ingeniería en Informática, y como no tuve los medios para irme a Córdoba me inscribi en Licenciatura en Sistemas, y si bien me fue bien en primer año, al año siguiente cuando me fui a inscribir en segundo año me enteré que pusieron la carrera de Ingeniería en Informática, me cambié sin pensarlo dos veces y no me arrepiento”.

Sobre sus sensaciones al graduarse, dijo que “es un momento muy difícil de describir, porque se agolpan muchas cosas y sentimientos juntos; lo principal es la satisfacción de cumplir un sueño y un objetivo”.

Al sopesar el valor y la importancia de contar con un título universitario, manifestó que “es una herramienta fundamental para desenvolverme en el mundo de hoy, porque me abre nuevas puertas y nuevos objetivos”.

Asimismo, comentó sonriente que de su vida de estudiante dejará atrás “los nervios de los finales”, aunque con nostalgia estará en sus recuerdos “todo el tiempo compartido con muchos amigos y buenas personas, que si bien van a seguir siendo amigos, ya cada uno hace su camino y la frecuencia de verlos es menor”. En ese marco, anticipó que las expectativas para su futuro estarán direccionadas a “seguir estudiando y perfeccionándome a través del trabajo”.

Finalmente, cuando fue consultado si cree que la especialidad en la que se ha formado se adecua a la demanda de los tiempos actuales, respondió estar convencido que la informática “es una de las carreras del presente y del futuro. Los tiempos de hoy, tan exigentes, encuentran en la informática una herramienta sumamente útil y valiosa. Además, la globalización y los grandes avances que continuamente se van produciendo en una era en la que la información y las comunicaciones juegan un rol preponderante, hacen que la informática sea una actividad transversal necesaria en todos los órdenes de la vida”. Ante este panorama, consideró que la industria del software “es un mercado que desde Catamarca podemos explotar sin necesidad de grandes inversiones”.