Especialistas coinciden en que los juegos adaptados no sólo significan la integración social de los niños al mundo de los otros de su misma edad, sino que además implican, en sí mismos, la oportunidad de que gocen de sus derechos al juego y al recreo; por ejemplo, la sensación de volar (en una hamaca adaptada), de vértigo, que difícilmente puedan experimentar de otra manera. Asimismo, el niño con capacidades diferentes “debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, insertándose en un ámbito común con los demás niños”, remarcando que lo que se persigue es “contribuir al desarrollo armónico de su personalidad”.
Este proyecto, en concreto, es una manera de tirar abajo las barreras con las que los discapacitados se encuentran a la hora de disfrutar del tiempo libre en la ciudad. Se trata de que, desde muy temprano los chicos se acostumbren a compartir sus juegos con los que tienen diferentes capacidades que ellos.
En nuestra ciudad hay miles de discapacitados, que están en su casa; y es por eso que en pocos días tendrán los espacios necesarios para ellos en la ciudad y en la que podrán acceder niños con distintos tipos de discapacidades (motora, sensorial y mental).
