A la reducida frecuencia, que restringe las posibilidades de desplazamiento de la población, se suma que uno de los tramos no se realiza en forma directa, sino con escala en Tierra del Fuego, y que a raíz de esa decisión los diarios porteños llegan pasadas las siete de la tarde a los quioscos de la capital de Santa Cruz.
"Ahora nos obligan a leer los matutinos a la noche", se quejaban los clientes en los quioscos. "Estamos tan cerca de la capital que ahora nos alejaron una hora y media más", decían otros. (Télam)