A pesar de la evidente baja de visitas la secretaria de Turismo de la Provincia, Catalina Krapp, manifestó que no se sentirá ninguna disminución de arribos y que no se cayó ninguna reserva en los hoteles. Además, arremetió contra los empresarios al asegurar que “deben bancársela” y que no esperen “que papá Estado esté para asistirlos a todos” ante las eventuales pérdidas que puedan originar la epidemia del dengue y la crisis económica mundial.
Estas declaraciones y otras actitudes de acostumbrada soberbia en Krapp motivarán que la próxima semana se eleve un pedido al gobernador para que le pida la renuncia a su cargo.
A pesar de algún acercamiento que la funcionaria tuvo a fines del año pasado con la Cámara de Turismo y de la Asociación de Bares, Hoteles y Afines, las distancias serían insalvables a esta altura y la falta de cintura política de Krapp ya superó la paciencia de quienes invierten en el sector esperando iniciativas del Estado para promocionar las virtudes locales en otras provincias.