"Saben desde antes que recibirán una enorme atención, que todo el mundo estará mirándolos", indicó Pieper desde la localidad alemana de Gladenbach, en diálogo con la agencia local DPA.
Según el experto, "experimentar por una vez ser el centro y que se pueden provocar muchas cosas es una tentación inmensa para una persona que tiene poca autoestima".
Pieper trata desde los años 80 a víctimas de graves accidentes como el del tren de alta velocidad en Eschede en 1998 -con más de 100 muertos- o de tomas de rehenes.
También fue quien organizó la asistencia a las víctimas de un episodio similar al tiroteo de hoy, en una escuela germana en Erfurt en 2002.
El especialista explicó que los alumnos sobrevivientes del ataque cometido hoy en Winnenden tienen que ser tratados lo más pronto posible por psicólogos.
"Es urgente atajar el estado de conmoción y el sentimiento de seguridad totalmente desencajado de los afectados, para que no entren en pánico", indicó.
Las investigaciones de casos similares en Estados Unidos y en Alemania muestran que los responsables tienen un perfil semejante.
"Se trata a menudo de jóvenes que han vivido aislados, que tenían determinadas dificultades sociales", detalló Pieper
Según el experto, la mejor protección es una relación sana con al menos un adulto, que encarne los valores para el joven.
"Entonces se tiene algo como un sostén, un vínculo con la sociedad, que de lo contrario se pierde", precisó.
Pieper señaló que la mayoría de estos jóvenes tienen constantes fantasías violentas, y a menudo se interrumpe su carrera escolar o universitaria.
"Pero incluso cuando un psicópata termina la escuela, pueden quedar cuentas pendientes, como agravios que no ha superado", remarcó y agregó que es clave el acceso a las armas.
"Cuando no hay armas disponibles no se llega tan fácil a esas ideas", concluyó. (Telam)