Así se completó el circuito que se empezó a montar en abril último entre el gobierno de la ciudad, el Centro de Industriales Panaderos (CIP), el acopiador de granos Olycer y la empresa Morixe, que hizo revivir su viejo molino de Caballito.
Con la puesta en marcha de este equipo, la harina comprada por los panaderos ya no debe ir hasta la ciudad de Benito Juárez, en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, para desde allí ser traída para su distribución a un depósito del barrio porteño de Villa Luro. (Télam)