- Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón, especialmente después de estornudar o toser.
- Evitar tocarse: los ojos, la nariz o la boca, para no dejar que propaguen los gérmenes.
- No suplementar la leche materna con otras, ya que de esta manera el bebé recibe anticuerpos como sea posible. (Los bebés que no están siendo amamantados tienen mayores posibilidades de contraer la enfermedad)
- En caso de que la madre se enfermase, debe seguir amamantando cuando el bebé lo pida, procurando: no toser, no estornudar, y no hablar cerca del bebé.
También se recomienda para evitar infecciones respiratorias:
- lavarse bien las manos con abundante agua y jabón, reiteradas veces al día.
- Mantener el interior de la casa sin humo. Evitar fumar y no utilizar braseros no calefacción.
- Darle el pecho al bebé, ya que aumenta sus defensas.
- Ventilar los ambientes diariamente. El aire viciado aumenta los riesgos de infecciones.
- Asegurarse de que el bebé tenga las vacunas al día.
En caso de que el bebé presente algunos de estos síntomas se debe concurrir inmediatamente al médico:
- Respiración agitada: esfuerzo para respirar, respiración rápida, hundimiento de la pancita o el pecho (sobre todo entre las costillas), o se escucha un silbido al respirar
- Decaimiento o falta de apetito o come con dificultad.
- Dificultad para dormir o irritabilidad.
- Fiebre (aunque sea baja)
- Cambio de color en la piel, tiende a un color azulado sobre todo en los labios (producto de la falta de oxígeno).