Luego de ser desalojados, realizaron una protesta que incluyó la quema de un contenedor de basura. De acuerdo con las denuncias, los trapitos manejaban en esa área altas tarifas que a veces imponían de manera agresiva, lo que obligó la intervención de las autoridades.
“Dejaban basura y hacían sus necesidades en la vía pública, y no vamos a permitir esto. El espacio público debe ser un espacio público”, aseveró el director de Control Urbano, David Sánchez. infobae.com