Afortunadamente, un piloto de los Grandes Lagos, al preocuparse por las maniobras irregulares que hacía la avioneta y la gran altura que había tomado, se puso en contacto con la mujer y logró explicarle cómo activar la función de piloto automático y comenzar un descenso controlado.
Al recibir la orientación de los controladores de tierra, la mujer valientemente se ocupó del timón y dirigió el avión hacia un aeropuerto cercano. En el momento decisivo el piloto recuperó la conciencia, se hizo cargo de la avioneta y realizó el aterrizaje.
Después de lo ocurrido, Charlie Rohrer, un controlador de tráfico aéreo de Colorado, reconoció que durante su conversación de rutina con el piloto antes del vuelo, notó que el hombre parecía tener dificultad para respirar. Su esposa, a su vez, reconoció posteriormente que durante el vuelo el hombre arrastraba el habla y fue incapaz de apretar botones.
El incidente tuvo lugar el 17 de mayo, pero la Administración Federal de Aviación no hizo público el asunto hasta ahora y se negó a revelar el nombre del piloto y su mujer, considerando que se trata de una cuestión de intimidad. Tampoco se conoce el estado actual del hombre que pilotaba el avión.
Fuente: 26noticias.com.ar