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Se enjauló en el taxi para evitar los robos

José Luis Zuco comentó que le hicieron un acta de infracción por la cabina, pero que un juez de Faltas lo autorizó a mantenerla. El chofer diseñó el mecanismo para no dañar el auto. Dice que los pasajeros lo felicitan por la decisión, en tanto que sus compañeros le piden asesoramiento.
(DIARIOC, 13/01/2013) Dejar de trabajar no es una opción para José Luis Zuco. Con lo que cobra como jubilado, afirma que no le alcanza para cubrir sus gastos. Por eso, cuando lo intentaron asaltar por última vez, decidió enjaularse. Desde hace un mes, recorre las calles de Tucumán en un taxi que tiene una cabina de seguridad para el conductor.

El hombre tiene 66 años y maneja un auto de alquiler desde hace cinco. En noviembre sufrió dos hechos de inseguridad en 10 días. "Le dije al dueño del auto que iba a hacer una jaula. Estudié cómo tenía que fabricarla para que no se arruine el auto, le di las indicaciones al chapista y compré la malla perforada", contó Zuco.

La cabina de seguridad, que costó poco menos de $ 600, cubre solamente el asiento del conductor, y tiene una pequeña ventana por donde los pasajeros abonan el viaje. "Está diseñada para que los cinturones de seguridad puedan funcionar y no le moleste al pasajero que va sentado al lado o al que va sentado atrás", explicó el taxista. "Me cubro de atrás y del costado, y no molesta a nadie", agregó.

Un corte en la oreja
En los años que lleva como taxista, Zuco fue víctima de tres robos, los dos últimos en noviembre. A mediados de ese mes, un joven le hizo señas en la plazoleta Dorrego a las 22.15 y le pidió que lo llevara hasta el Ingenio La Florida.

"Cuando llegamos empecé a sospechar porque él no sabía bien adónde iba. Luego de dar varias vueltas, donde había un pacará grande y estaba medio oscuro, me agarró de atrás y me cortó atrás de la oreja con un cuchillito hecho con una lata de picadillo", contó el chofer.

"No se de dónde saqué fuerzas, pero traté de desprenderme y tirarme encima de él. Con el pie tocaba la bocina. Parece que se asustó, porque pegó un manotazo y se fue corriendo con mis anteojos recetados", dijo Zuco y lamentó la pérdida. "Recién voy pagando la segunda cuota de esos anteojos".

Unos días más tarde realizó un viaje hasta el barrio Elena White. Cuando regresaba, unos jóvenes intentaron detenerlo. Zuco no se amedrentó y aceleró. Le lanzaron piedras que rompieron la luneta. "Allí dije ´yo meto la jaula, salga lo que salga´", contó.

Los dos casos fueron denunciados, pero nunca lo llamaron a ratificar su versión. "No se qué esperan para hacer algo", dijo. Zuco no siempre trabaja de noche. Si lo hace, hay lugares a los que ya no ingresa. "Esto no es un 100% seguro, pero es una valla más. La semana pasada, por ejemplo, un compañero subió a una señora que iba con un chiquito en Maipú y Santiago del Estero. Le pide que la lleve a Jujuy al 4200 y ella iba enviando mensajes de texto. Cuando llegó, ya tenía dos con una moto encañonándolo", relató

Zuco contó que hay modalidades ya conocidas por los taxistas. "Hay una pareja que no se si ella está embarazada o se pone una almohada. También hay otros que se hacen pasar por estudiantes que toman taxis en la puerta de las facultades. Tienen carpetas en las manos, pero cuando llegan al supuesto destino te encañonan y te asaltan. Nosotros sabemos eso, ¿me van a decir que la Policía no lo sabe?", dijo.

Los pasajeros, según el taxista, lo felicitan por la decisión de enjaularse. "Les da bronca porque se niega la inseguridad. Pero el 99,9% de ellos me felicitan", contó. En los que no tuvo una aceptación masiva fue en sus propios compañeros. "Hay algunos a los que no les gusta, parece que les molesta. Me hablan de la estética, pero yo al auto no lo necesito para hacer pinta; lo necesito para laburar", justificó.

Otros colegas de Zuco, en cambio, le piden asesoramiento para instalar la misma cabina. "Me piden que les haga el diseño. No tengo problemas. Un pasajero me recomendó que patente la idea, pero que voy a andar perdiendo el tiempo. Si es para el bien de alguien que lo haga", expresó.

La semana pasada, a Zuco le quitaron el auto. Le hicieron un acta por no conducir de camisa y corbata, y por haber instalado la jaula metálica. "El juez de Faltas me dijo que eso no tiene nada que ver, que son cuestiones de seguridad. Pagué la multa solamente por el uniforme. Pero los inspectores dijeron que me van a sacar el auto por andar con la jaula. ¿Quién los entiende? Necesito seguridad", afirmó.

Fuente: lagaceta.com.ar

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