Los creadores de este complejo aparato, que viaja a bordo de pequeños robots aéreos, son ingenieros de los Sandia National Laboratories, de Albuquerque, en el Estado de Nuevo México, y de la compañía Lockheed Martín Corporation.
El dispositivo detecta gases nerviosos y otros agentes tóxicos, y es capaz de operar gastando sólo medio vatio de energía eléctrica. (Télam).-