Catamarca
Viernes 26 de Abril de 2024
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Silvio Rodriguez: la gira interminable

El recital que Silvio Rodríguez ofreció en Villa Lugano, apéndice de su "gira interminable" por numerosos barrios habaneros, podría tomarse como una página más de Por todo espacio, por este tiempo, el libro de Mónica Rivero que se fue difundiendo en simultáneo a las presentaciones del cantautor cubano, como un registro de ese periplo que fotografió el guatemalteco Alejandro Ramírez Anderson.
Así, un Lugano incrustado en el paisaje de sus viajes -desde el de 1969 por África a las últimas giras dentro de su país- aporta su identidad: las voces de su gente con carteles improvisados ("la vida es bella y en colores"), paredes con retratos del padre Mugica y grafitis que gritan "ningún pibe nace chorro" o "la patria es el barrio".

Cerca del escenario ubicado en la plaza José Martí de Lugano, donde el trovador convocó a miles de seguidores, Mónica Rivero accedió a hablar con Télam sobre su libro.

Rivero: En Por todo espacio, por este tiempo intentamos aprehender personajes del barrio que expresaran algunas esencias y fuimos tejiendo con los testimonios de cada lugar lo que podría ser un relato de su vida cotidiana, de la actualidad cubana en estos entornos, su manera de sentir y ser.
A la vez, situábamos este relato en el contexto de la visita de Silvio y en ese sentido establecimos dos protagonistas que dialogaban: Silvio-concierto y gente del barrio.

Télam: Hablás del artista que se entrega "sin pose". ¿Descubriste en la giras un Silvio Rodríguez diferente al que conocías por sus temas?
R: Más que descubrirlo, lo conecté con sus temas, até el discurso de su obra con su manera de actuar. Es como si la canción se revelara en una práctica de coherencia.

T: Uno de los muchos logros del libro es que las vecindades, lejos de aparecer como un paisaje homogéneo, aportan su identidad.
R: Cada barrio tuvo un latido particular y cada uno vibró en una frecuencia propia, si bien es posible describir algunas tendencias comunes a todos o a la mayoría de los lugares que visitamos.

T: Silvio Rodríguez da la sensación de que es uno más entre el gentío, una persona que disfruta mucho el encuentro con el otro.
R: El espacio donde ocurre el concierto determina una dinámica de espontaneidad que se percibe mucho. No es el público desplazándose hacia los lugares tradicionales del arte, sino que es el artista, el espectáculo, el que entra en su entorno cotidiano. Esto supone una actitud distinta, de más distención, más relajamiento, otra fluidez en la relación.

T: Escribiste que Silvio encarna en su experiencia una tesis de cultura basada en la vida misma.
R: Silvio hace un sistemático ejercicio de disidencia del estrellato, basado en una forma de entender al artista como parte de la sociedad, como actor dentro de un colectivo que lo trasciende y al que se debe, no con obsecuencia.

T: El libro está atravesado por el tema de los vecinos que esperan se resuelvan carencias de infraestructura, falta de agua potable...
R: Esta espera fue algo que percibimos en todos los lugares donde estuvimos. Existe la sensación de que no se tiene poder sobre estos aspectos, las responsabilidades se diluyen y todos esperan por las soluciones, visto que los mecanismos que tienen a su alcance son inoperantes. Hay muchas deudas pendientes con las personas que viven en esta parte de Cuba, muchas de las cuales se saldarían apenas con voluntad.

T: Pese a los problemas expresados a ratos en un vocabulario que no pasa inadvertido -"luchar", "inventar", "resolver"- predomina una idea de comunidad, de que nadie se salva solo. ¿Lo ves es así?
R: La solidaridad es otra constante. También tiene que ver con la forma en que se vive en Cuba; la dinámica de la convivencia hace que la gente se mezcle mucho, que interactúe -a veces demasiado- con perjuicio de la vida privada.
Hay al menos dos posibles maneras de reaccionar a las carencias: contraerse, ser egoísta; o expandirse, conectarse con los demás, intercambiar.

Mi intención fue recrear un dibujo subjetivo de estos barrios y de la experiencia, desde una dimensión nueva de realidad: "Está en los ojos de quien la mira, en la fibra sensible de quien la vive".

Mientras esta entrevista se realizaba, en la plaza Martí de Lugano es posible que Silvio estuviera recordando a su padre Dagoberto, un obrero agrícola lector de poesía que le pasó su gusto por la lectura de autores como Rubén Darío, Nicolás Guillén y el mismo José Martí.

En el escenario de Lugano el artista cubano recibe de parte de la Universidad Nacional de La Plata el "Premio Rodolfo Walsh a la Comunicación Popular".
En la placa que muestra al público se leen palabras como "memoria" e "igualdad" y la frase: "Por ponerle canciones a los pueblos de Nuestra América".

En el recital ondea el retrato del Che: "Dijo Guevara el humano/ que ningún intelectual/ debe ser asalariado/ del pensamiento oficial", se escucha cantar al trovador que interpreta en su "Tonada del albedrío".

El cantautor se retira, la gente desaloja la plaza de Lugano, pero el libro de las giras queda abierto Por todo espacio, por este tiempo.

Fuente: Télam

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