Esto significará que las expendedoras -que toman de la red el combustible para luego comprimirlo hasta el nivel que permite usarlo en vehículos- no contarán con el servicio mientras no se baje el altísimo consumo residencial generado por la ola polar. El problema también afecta a otros lugares del país, como Buenos Aires, en donde cientos de taxis quedaron sin trabajar por este motivo.
La empresa también informó que se restringió en su totalidad los consumos industriales en la categoría de grandes usuarios, incluyendo aquellos que tienen por contrato garantizado un determinado volumen diario.