Catamarca
Viernes 26 de Abril de 2024
Buscar:

Sociedades tribales, un legado que se reactualiza

En "El mundo hasta ayer", el antropólogo Jared Diamond se propone desansar la brecha que separa las actuales ciudades industriales de las sociedades tradicionales construidas a espaldas de los avances tecnológicos para demostrar cómo las culturas ancestrales pueden contribuir al bienestar de las comunidades modernas.
A priori, un abismo separa el mundo actual -tecnologizado y atrapado en tensiones que disparan cada vez más las urbanopatías- y aquellas primitivas formas de organización social que encaraban con intuición y templanza cuestiones como el envejecimiento, las enfermedades o la crianza de los hijos.

A Diamond, ganador del premio Pulitzer y autor de best-sellers como "Armas, gérmenes y acero" (1998) o "Colapso" (2006), le interesó emprender una investigación para determinar si esos contrastes tan resonantes son de naturaleza estructural o bien, si una vez traspuesto el nivel de comparación más superficial, las diferencias ya no son taxativas.

Una de las conclusiones a la que llega en "El mundo hasta ayer" (Debate) es que si bien los asimetrías son notables, las "configuraciones" para afrontar los desafíos de antiguas civilizaciones todavía están vigentes y los seres humanos disponen de cuerpos y costumbres sociales mejor adaptados a las condiciones del pasado que a las del presente.

"Las sociedades tradicionales son mucho más diversas en numerosas prácticas culturales que las sociedades industriales modernas -sostiene el ensayista-. Representan infinidad de experimentos naturales milenarios en la organización de las vidas humanas. No podemos repetir esas experiencias rediseñando miles de sociedades actuales para esprrar décadas y observar los resultados; tenemos que aprender de las sociedades que ya han llevado a cabo los experimentos".

Diamond está convencido de que la modernidad podría beneficiarse con la incorporación selectiva de algunas prácticas tradicionales aunque advierte que no se trata de reproducir literalmente los hábitos de una sociedad sino de profundizar en las diferencias que existen entre las prácticas tradicionales y las actuales para iluminar alternativas viables.

"Muchas de estas comunidades han encontrado formas de alentar a sus hijos para que sean seguros de sí mismos, independientes y capaces de tomar sus propias decisiones, sin estar sujetos a las crisis de adolescencia", ejemplifica.

El libro está estructurado en once capítulos agrupados en cinco partes que explican cómo dividen el espacio y dirimen sus conflictos las piblaciones indígenas, analizan la concepción del ciclo humano en términos de la confrontación entre infancia y vejez y finalmente exploran las transformaciones a través dek tiempo en aspectos como la diversidad lingüística y la salud.

Diamond compara también los alcances de la noción de riesgo entre las sociedades tradicionales y las contemporáneas: sostiene que mientras los habitantes de una antigua comunidad de Nueva Guinea se preocupan por los cocodrilos, los ciclones y los enemigos, los ciudadanos estadounidenses posicionan en el ranking de peligros al terrorismo, los accidentes aéreos y las catástrofes nucleares.

"¿Cómo se protege la gente en las sociedades tradicionales del peligro constante de la violencia sin un gobierno estatal ni policía? En gran parte, la respuesta es que adoptan muchas formas de paranoia constructiva. Una norma muy extendida es la de tener cuidado con los desconocidos. Otra norma es tener cuidado con la posibilidad de que nos traicionen nuestros supuestos aliados o (al contrario) practicar la traición con carácter preventivo", indica.

En otro de los tramos, el antropólogo -que basa su trabajo en el estudio de 39 comunidades indígenas y en sus casi 50 años de experiencia directa junto a diferentes tribus de Nueva Guinea- recorre las enfermedades ligadas a la alimentación y al estilo de vida que atraviesan las megalópolis modernas y rastrea la influencia ejercida por los genes ancestrales.

"Para la mayoría de los seres humanos, hasta hace poco el miedo a la obesidad y las clínicas dietéticas de los occidentales modernos les habrían parecido ridículos, justo lo contrario del sentido común tradicional. Puede que los genes que hoy nos predisponen a desarrollar diabetes nos ayudaran antiguamente a sobrevivir a la hambruna", argumenta Diamond.

"Del mismo modo que nuestro ´gusto´ por los alimentos dulces o grasientos, así como nuestra afición a la sal, nos predispone a desarrollar diabetes e hipertensión ahora que esos gustos se pueden satisfacer con mucha facilidad, antes nos guiaban a buscar nutrientes valiosos y poco comunes", señala.

"El mundo hasta ayer" elude con sutileza las idealizaciones y los estigmas: plantea que siempre existen razones que justifican el accionar de una sociedad y alega que las metrópolis cosmopolitas tienen su encanto.

"No hay que idealizar la vida tradicional: el mundo moderno presenta enormes ventajas, no cabe duda. No es que los ciudadanos de las sociedades tradicionales estemos huyendo en manadas de las herramientas de acero, la sanidad, el confort material y la paz impuesta a nivel estatal e intentando volver a un estilo de vida idílico de cazadores-recolectores", apunta Diamond.

"Al revés, la dirección predominante del cambio es que los cazadores-recolectores y los agricultores a pequeña escala que conocen su estilo de vida tradicional pero que también observan un estilo de vida occidentalizado traten de entrar en el mundo moderno", acota el ensayista.

De hecho, una de las conclusiones del texto es que excepto unas pocas tribus ubicadas en zonas remotas de Nueva Guinea y Amazonía, la mayoría de las sociedades tradicionales que aún persisten tienen contacto con la sociedad de consumo y están comenzando a asimilar los estándares de vida de la civilización occidental, auque eso no implique necesariamente su desaparición.

Fuente: Télam

(Se ha leido 175 veces.)

Se permite la reproducción de esta noticia, citando la fuente http://www.diarioc.com.ar

Compartir en Facebook

Sitemap | Cartas al Director | Turismo Catamarca | Contacto | Tel. (03833) 15 697034 | www.diarioc.com.ar 2002-2024