1. El Malbec no falla
Ya estás ordenando los platos y el mozo pregunta, “¿y de beber?”. Como la carta de vinos suele estar organizada por variedad y el primero en aparecer tiende a ser el Malbec, no podés pifiarla. Una marca reconocida como Trumpeter o Alamos se encuentran en casi todas y son un refugio para el no iniciado. No te vas a clavar.
2. Nunca el más barato
La mayoría de las cartas de vino están ordenadas por precio, de forma que resulta fácil ir y venir por ella. Salteá la etiqueta más barata y elegí cualquiera que esté un poco más arriba. Generalmente es una mejor opción y sólo por unos pocos pesos más. Incluso va a parecer que sabés elegir, dejando atrás el estigma de ratón.
3. Maridaje para dummies
Lo correcto es elegir primero los platos y después el vino. Seguir este orden te hará parecer alguien de mundo. Y a la hora del maridaje, tampoco te rompas la cabeza: contra todo lo que digan, el viejo adagio de carnes blancas con vinos blancos y rojas con tintos, es una buena guía. Y con nuestra gastronomía de bife y pastas, en el peor de los casos no te podés equivocar por mucho.
Fuente: minutouno.com.ar