"Quisimos investigar si también juega un papel la iluminación que predomina, por ejemplo, en un restaurante", contó el investigador a la agencia de noticias DPA.
Los investigadores del Instituto de Psicología de la Universidad Johannes Gutenberg encuestaron a cerca de 500 participantes a quienes les preguntaron cuánto pagarían por unvino que les gusta.
Los consultados estuvieron dispuestos a pagar un euro más por una botella de riesling cuando se lo presentaba iluminado con luz roja en vez de bajo una luz verde.
También según el estudio, el vino iluminado de rojo resultó 1,5 veces más dulce que con la luz blanca o verde, informan los investigadores en la revista "Journal of Sensory Studies".
La conclusión es que el color de la luz ambiente tiene clara influencia en el sabor del vino, incluso cuando no influye en el color de la bebida.
"Las condiciones extremas de iluminación que hay en muchos bares pueden con toda seguridad influir en el sabor del vino", dijo Oberfeld-Twistel.
"Por qué percibimos el aroma de manera distinta bajo diferentes luces es algo que en gran parte tiene relación con el hecho de que bajo una luz que se percibe como agradable, también el vino sabe mejor".
Fuente/ 26noticias.com.ar