La víctima fue identificada por la Policía como Julio Alberto Guzmán, de 47 años, quien se encontraba separado de su esposa.
En cuerpo fue encontrado por un familiar, luego de que la madre de la víctima, Susana Coronel, se preocupara por su ausencia, ya que lo había visto por última vez el jueves a la mañana.
La mujer envió a sus allegados hasta el aula de la escuela que le habría prestado el municipio transitoriamente, para que viviera, mientras duraba su complicada situación familiar.
El enviado no pudo acercarse al lugar, por la gran cantidad de moscas y el fuerte y nauseabundo olor que emanaba de interior de la habitación, que se encontraba cerrada desde adentro, por lo que temiendo lo peor, decidió dar cuenta a personal policial, que se presentó en el lugar del hecho a las 15 de ayer.
Ante la presencia de testigos, violentaron la puerta para darse con un macabro cuadro con Guzmán, muerto y recostado boca arriba en la cama, en evidente estado de descomposición.
Entre las pertenencias de la víctima, efectivos policiales encontraron una libreta de apuntes en donde el presunto suicida había dejado un escrito dirigido a sus tres hijos “pidiéndoles perdón por la drástica decisión” que había tomado y que algún día, luego de que realizaran las averiguaciones, lo comprenderían.
Los primeros indicios daban cuenta de que Guzmán, habría ingerido algún tipo de veneno y que su muerte databa de cinco días, aproximadamente.
El cuerpo, por disposición del juez del Crimen interviniente, fue remitido a la morgue judicial para que se le practicara la autopsia correspondiente y se determinaran las causas de su deceso.
Participaron en el lugar del hecho, además de efectivos de la Seccional 35, al mando del subcomisario Miguel A. Chávez, técnicos de la Sección Criminalística de la Unidad Regional 2, que realizaron las pericias de rigor en el escenario del hallazgo.
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