Después de tomar las cañas y los anzuelos, todos ellos salieron de Brea Pozo (departamento San Martín) y comenzaron a transitar los 12 kilómetros que separan a dicha localidad con el principal cauce que cruza el territorio santiagueño.
La parada obligada fue debajo del puente de La Dormida, en donde los amigos se instalaron y se pusieron a pescar.
Entre ellos se encontraba Milton Gustavo Enríquez, de 17 años, quien con sus compañeros se ubicaron en una orilla en donde el río tiene dos brazos, según informaron fuentes policiales.
Al mediodía trascendió que alguno de ellos entusiasmó al resto para pasar “hacia el otro lado” del cauce, hacia un islote cercano, para seguir con la pesca.
De este modo, dos de ellos se arrojaron a las aguas y, nadando, cubrieron los casi 20 metros de distancia que había hacia la margen cercana.
Luego hizo lo mismo el joven Enríquez que, para sorpresa de todos, no habría llegado a cubrir la mitad de ese recorrido cuando se hundió, en forma sorpresiva.
En el acto, el último joven que faltaba cruzar el rio, de apellido Brandán, se arrojó, desesperado, en procura de su búsqueda.
Sin embargo, al instante tuvo que salir, con dificultad, al comprobar que la zona era extremadamente peligrosa y profunda.
Rápidamente corrieron hacia allí otras personas que se encontraban en La Dormida, hasta que uno de ellos se anudó una cuerda y se lanzó en el cauce, mientras unos hombres sujetaban el otro extremo de la soga.
El despliegue permitió ubicar y rescatar el cuerpo de Enríquez, prácticamente, en el mismo sector donde desapareció.
Una vez que lo llevaron hacia la orilla, otro joven que conocía de técnicas de reanimación, le hizo respiración boca a boca y masajes cardiopulmonares, aunque en forma infructuosa, dado que la víctima no reaccionaba, para conmoción de todos los presentes.
Momentos después, alguien llamó a la policía y concurrió el patrullero de la Comisaría 36 de Brea Pozo, a cargo del oficial subinspector Raúl Díaz.
Directivas. El juez del Crimen de Tercera Nominación, Darío Alarcón, ordenó que el cuerpo del joven fuera entregado a sus familiares, sin necesidad de que se le practicase la autopsia.
Examen. Los restos fueron revisados, en el lugar del hecho, por un paramédico del Hospital Zonal de Loreto, hacia donde se condujeron los restos de Enríquez.
Fuente/ elliberalweb.com.ar